Slackline
El experimentado Nathan Paulin ha completado toda una hazaña en la capital francesa, y eso que antes tenía miedo a las alturas: "He aprendido a controlarlo".
En la cuerda floja tocando el cielo de Paris. Parece mentira que de pequeño tuviera miedo a las alturas. Nathan Paulin ha retado al peligro caminando 600 metros sobre una cuerda de slackline apenas 2 centímetros y medio de ancho.
No hay lugar más emblemático en París que la Torre Eiffel, desde ella, el francés Nathan Paulin se ha puesto a caminar rumbo a la plaza del Trocadero, 600 metros de distancia a 70 metros del suelo.
"Aunque he podido disfrutar de una gran panorámica de París he permanecido concentrado en lo que tenía delante", explica Nathan Paulin, slackliner. Ha tenido tiempo de sobra para disfrutar, ha tardado 30 minutos en llegar de un punto al otro.
Tenía miedo a las alturas
Por el camino ha dado un auténtico espectáculo a todo el que le veía desde abajo, se ha sentado, tumbado e incluso colgado en el slackline, de apenas 2 centímetros y medio de ancho. Parece surrealista pensar que este chico tenía vértigo: "Tenía miedo a las alturas pero he aprendido a contenerlo".
Tras derrotar al vértigo, Nathan disfruta al máximo de lo que hace, con 27 años ha logrado varios récords mundiales. Ha caminado sobre escenarios naturales increíbles por todo el mundo, pero como esta experiencia en la capital francesa, ninguna.
"Completar los 600 metros ha sido genial pero no ha sido nada fácil por todo lo que había alrededor. Ha sido más difícil de lo que esperaba", concluye Nathan. Lo que si era fácil de adivinar era el aplauso que recibió nada más acabar.