Más que deporte
La crisis del coronavirus ha cambiada al completo el Everest, que se muestra en este momento de una forma muy diferente con respecto a la que podíamos ver hace tan solo unos meses.
Grandes masas de gente, largas colas de escaladores y alpinistas para subir, que contrastan con la imagen actual del Everest, más limpio y visible que nunca debido a la ausencia de montañeros por la crisis del coronavirus.
De hecho, el propio Himalaya se puede ver desde Katmandú, capital de Nepal situada a 200 kilómetros. "El coronavirus le va a dar un respiro al Everest", dice el alpinista Juan Oiarzabal.