UNA DEVOCIÓN MUY TEMPRANA
Niños que compiten en moto hay muchos en el mundo, aunque para Dani y Leo, dos hermanos gallegos, es su juego preferido.
Tanto que el padre tiene que frenarlos antes de salir a la pista. Leo es el pequeño, tiene 5 años, vio a su hermano con la moto y no lo dudó.
Dani, 6 años, igual. Enseguida le entró el gusto por la velocidad. Dani ya puede competir en la categoría alevín de 50 centímetros cúbicos. Lo hace con niños de hasta 9 años y los gana.
Alberto ve futuro en su hijo mayor pero avisa: con tantos gastos puede abandonar. Mientras, a Dani se le acaba el espacio en casa.
A Leo le toca esperar un año más para competir. De momento heredó la moto de su hermano porque la familia ya hace demasiados esfuerzos.
Unas estrellas que sus padres intentaron llevar al Libro Guinness. No pudieron porque a los niños no se les concede la distinción para que no exigirles deportivamente muy temprano.
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