Fórmula 1
Tras la impresionante victoria de Carlos Sainz en Silverstone, el madrileño vivió un momento de tensión en el GP de Austria de Fórmula 1 cuando marchaba 3º, a falta de 15 vueltas su motor falló y comenzó a arder. Afortunadamente pudo salir indemne pero unos segundos más podrían haberle dejado heridas en su cuerpo.
El español aparcó el coche como pudo y donde pudo, con la mala suerte de que lo dejó en una pendiente descendiente, el monoplaza comenzó a echarse para atrás y a soltar llamaradas que cada vez eran más grandes. Sainz intentó salir a las primeras de cambio pero no pudo, pidió ayuda a los comisarios para que pararan el coche con un gato y así poder salir rápido, tardó más de la cuenta y estuvo cerca de que alguna llama le rozara.
Fueron segundos que se hicieron eternos, cuando pudo salir todos respiraron, él, una vez fuera del coche, se vino abajo, era un posible 2º puesto y un podio seguro. Otra vez, como Fernando Alonso, sufriendo los problemas mecánicos en sus monoplazas.
Carlos quería reengancharse al Mundial después de ganar en Silverstone pero se va de vació cuando tenía un puñado de puntos por un problema ajeno a él. Si hubiera sumado los puntos que hoy le habrían 'correspondido' estaría prácticamente igualado con Checo Pérez, que hoy no sumó y es 3º en el Mundial a 57 puntos de Verstappen.