Deporte femenino
Cuando tenía 7 años la vida de Mireia Cabañes "cambió rotundamente" al diagnosticarle un cáncer óseo que obligó a amputarle la pierna izquierda, pero su espíritu optimista y luchador le ha llevado, veintisiete años después, a entrenar surf adaptado con el objetivo de entrar en el equipo nacional.
Rotoplastia de Van Ness
Tras detectarle el sarcoma de Ewing le practicaron en 1994 una rotoplastia de Van Ness, una cirugía innovadora y complicada en la que tras amputarle la pierna desde el fémur le reimplantaron en la cadera, pero al revés, el resto de la pierna -desde la rodilla al pie-. De esta forma, la rodilla hace la función de cadera y el pie, de rodilla.
Pero la sobrecarga y el desgaste a la que ha sometido a su pierna izquierda durante tantos años y el dolor crónico que le provoca le ha hecho acudir a IMSKE, Hospital de Traumatología y Rehabilitación de València, donde está siendo tratada del dolor y, además, entrenada para hacer surf adaptado.
Aunque le dieron "muy poca esperanzas de vida", asegura que es "un poco testaruda y aquí estoy" y afirma: "Mi personalidad ha cambiado rotundamente. Era una persona introvertida, vergonzosa, no me atrevía a hacer nada y ahora soy todo lo contrario".
Aficionada al surf
"Siempre me ha gustado el agua, soy un pececillo", asegura Mireia, que explica que hace tres años, la escuela valenciana Mediterranean Surf, junto a la ONG Kind Surf, ambas expertas en surf terapéutico y adaptado a personas con movilidad reducida, le ofrecieron una beca en programa de continuidad pero no pudo hacerla al surgirle un trabajo en Madrid, y aunque después le volvieron a llamar no se atrevió a hacerlo porque empeoró su salud y el dolor.
Ahora "me muero de ganas" y "si va bien, probamos y veo que puedo y no me duele demasiado ni perjudica mi salud, mi idea es entrar en el equipo nacional de surf adaptado que, además, creo que en 2024 o 2028 quiere entrar en las paraolimpiadas", anuncia tras confesar que se ha imaginado "miles de veces" encima de una tabla y ha inventado la adaptación de una tabla porque su objetivo es ponerse de pie el primer día.
'Siempre valiente'
Mireia, que en ambos brazos lleva tatuado el lema 'Siempre valiente', admite ser muy optimista y confiesa que "nunca" ha pensado en tirar la toalla. Aunque los dos últimos años lo ha pasado "bastante mal", afirma que desde hace dos o tres meses está fuerte psicológicamente y vuelve a ser "la misma que era", aunque de vez en cuando tiene recaídas: "Vivir con dolor crónico no es fácil".
Es consciente de que debe aprender a vivir con el dolor, que va a tener toda la vida, e intentar disfrutar todos los días "porque esto no va a cambiar".