EMPEZÓ A ENTRENAR EN ABRIL
Mellah llevaba el velo debajo del casco en la carrera y después en la celebración con su madre.
Se crió en el seno de una humilde familia musulmana, sin recursos para pagarle las clases de equitación. Sin embargo, un centro caritativo para jóvenes le dio la oportunidad de montar.
"Empecé a los 10 años, me enamoré de los caballos", afirma Khadijah Mellah. Años después y sin esperárselo apostaron fuerte por ella. "Necesitábamos a alguien brillante y con determinación", comenta Oli Bell, mentor del Ebony Horse Club.
En abril montó por primera vez un caballo de carreras para preparase para las carreras benéficas más importantes del año. "Entrenaba para sus exámenes universitarios en pleno Ramadán", cuenta Bell.
Corrió y ganó la carrera con una increíble remontada en los últimos metros, es un auténtico orgullo para la gente que le rodea. "Es la mujer más maravillosa que jamás he conocido", explicaba emocionado su entrenador.