EN LOS JJOO DE INVIERNO EN COREA DEL SUR
Acaban de inaugurarse los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur. 190 atletas noruegos han desembarcado con su equipo de cocineros. Deciden abastecerse en el mercado local y piden huevos con ayuda, eso sí, del traductor de Google. Pero reciben un sinfín de cartones. Un total de 15.000 huevos.
El error está en el manejo de los caracteres en la escritura coreana. Querían una cantidad más modesta, tan sólo 1.500, pero el traductor ha jugado una mala pasada y se está convirtiendo en la primera anécdota de los Juegos. "Fue un cero de más en el encargo, así que 1.500 se convirtieron en 15.000, cosas que pasan", han explicado.
Traducciones disparatadas como una web de Turismo de Santander. El Centro Botín, en inglés, se convirtió en un centro de saqueo. Otras traducciones han resultado cómicas como las de varios alimentos en algunas cartas de restaurantes o prohibiciones incomprensibles en polémicos carteles.
Son errores sin más transcendencia, aunque otros han quedado para la historia. Jimmy Carter, 1977, en su viaje a Polonia. El presidente de Estados Unidos decía querer conocer los deseos de los polacos. Su traductor dio a entender que tenía deseos sexuales con ellos.
El también presidente Kennedy, en su visita a Berlin, pronunció "Yo soy berlinés", aunque en realidad dijo: "Soy un bollito berlinés".