Gimnasta
"O la pierna o tu vida", este fue el mensaje que trasladaron los médicos a la pequeña Kate Foster tras detectarle una leucemia que les obligó a amputarle la pierna.
Los médicos no tuvieron otra opción. Hasta ese momento su vida era la gimnasia, estaba enganchada a esta disciplina desde los 7 años y llegaba a entrenar hasta 25 horas a la semana.
Sin embargo, de repente, a los 12 años le llegó el mazazo: "Tienes cáncer, fue como un golpe, dije, ¡wow!", asegura Kate Foster.
Le diagnosticaron leucemia, enseguida comenzó el tratamiento, pero la enfermedad se había extendido, los médicos no pudieron hacer nada por la pierna, aunque ella obviamente se negaba, pero la alternativa era clara: "O la pierna o la vida".
Ahora se prepara para los Juegos Paralímpicos
Ella pensó que su pasión se había acabado para siempre, sin embargo, su entrenadora no pensaba igual, por lo que le animó a que no lo dejara: "Nunca había entrenado a una gimnasta sin una pierna, pero quería intentarlo si yo también quería", afirma Foster.
Ambas se lanzaron a la aventura, no fue fácil, ahora lo sí, lo más complicado en esta nueva etapa fue sin duda alinear cuerpo y mente. "Fue un trabajo mental, el cuerpo ya sabía que hacer con la pierna", cuenta su entrenadora Denise Cooper.
Kate pudo seguir compitiendo y seguir cosechando éxitos, el año pasado quedó segunda en el campeonato nacional y ahora se quiere preparar para los Juegos Paralímpicos de Tokio, a estas alturas solo la pandemia podría impedírselo.