Hockey
El avión en el que viajaba el equipo grancanario de hockey tuvo que ser desviado a Sevilla, donde intervino la Guardia Civil.
La celebración del Molina Sport por su victoria en la Copa del Rey de hockey sobre patines acabó con siete de sus jugadores obligados a bajarse del vuelo de regreso a Gran Canaria. El equipo, recién coronado campeón en Zamora, generó altercados durante el trayecto Madrid-Gran Canaria, lo que llevó al comandante del vuelo de Iberia a tomar medidas de emergencia.
Varios testigos informaron que parte de la plantilla del Molina estaba visiblemente ebria, causando molestias tanto a los demás pasajeros como a la tripulación. A pesar de las advertencias previas, el avión despegó, pero el comportamiento inapropiado persistió, resultando en el desvío de la aeronave hacia Sevilla.
En tierra, y como se ve en la imagen, la Guardia Civil intervino. Inicialmente los agentes consideraron la expulsión de toda la expedición del Molina Sport. Sin embargo, la tripulación de cabina intercedió a favor de los jugadores no involucrados en los disturbios, permitiendo que el resto del equipo continuara su viaje de vuelta a Gran Canaria.
Este incidente, que ha empañado la celebración del cuarto título de la Copa del Rey para el Molina Sport, plantea algunas reflexiones sobre la conducta de los deportistas fuera del campo y la responsabilidad que conlleva representar a un equipo profesional.
Este tipo de altercados pueden conllevar además consecuencias económicas para los implicados, a parte de su expulsión del vuelo y tener que buscar otro avión para volver a casa, pueden tener una sanción monetaria que cubra las tasas aeroportuarias y otros gastos derivados del desvío del vuelo, lo que puede ascender a varios miles de euros.