Juegos Paralímpicos
El deportista egipcio perdió sus brazos en un accidente de tren a los 10 años y su ejemplo de superación sorprende al mundo en los Juegos Paralímpicos.
Ibrahim es el único jugador de tenis de mesa sin brazos del mundo. Los perdió en una accidente y empezó a entrenar a escondidas... ahora es profesional. Su técnica y coordinación son asombrosas: sin brazos ha logrado convertirse en uno de los mejores jugadores de tenis de mesa paralímpico compitiendo con la pala en la boca y disputando cada pelota con el movimiento de su cabeza.
Ibrahim Elhusseiny Hamadtou, nacido en 1973, es la sensación de los Juegos Paralímpicos: su técnica de sacar con el pie y jugar con la boca está dando la vuelta al mundo: "Es normal que la gente se sorprenda, es algo impresionante de ver".
El tenista de mesa egipcio se pone la pelota en el pie, la eleva a media altura y, con el gesto de su cabeza, la manda al otro lado de la mesa para tratar de ganar a sus rivales. Es su forma de jugar y también su forma de mostrar al mundo que, pese a su discapacidad, no hay barreras que se lo impidan.
Perdió los dos brazos con tan solo 10 años, cuando cayó a unas vías del tren en su Egipto natal: "No recuerdo cómo pasó, pero desde ese momento sabía que no me pondría límites".
El deporte, un refugio
Y el deporte fue su refugio: descubrió el ping pong y fue a poco mejorando la técnica hasta que pudo llegar a competir, siempre con la mirada puesta en un objetivo: los Juegos Paralímpicos.
Lo consiguió en los Juegos de Río de Janeiro 2016, aunque para aquel momento ya era una estrella: visitó 'El Hormiguero' en Antena 3 hace ya 7 años, donde después de calentar un rato con Estopa volvió a dejar a todos con la boca abierta.
Ahora en los Juegos de Tokio, pese a haber caído eliminado, ha vuelto a demostrar que las barreras nos la ponemos a nosotros mismos: "La discapacidad no está en brazos o piernas, la discapacidad es no perseverar en lo que te gustaría hacer".
Un ejemplo de superación como el de Phil Coates, que pasó de sobrevivir al ataque de un hipopótamo a participar en los Juegos Paralímpicos: "Pensó que me había matado".