Aventura
A 75 centímetros de rozar el hormigón con los dedos. Una locura se mire por donde se mire en el viaducto más alto de Europa.
El ser humano siempre soñó con volar y lo consiguió: ahí están los aviones. Sin ayuda mecánica también se ha logrado: ahí los están los 'hombres pájaro' con su trajes de alas.
Ahora, en la búsqueda del más difícil todavía, el español Javier Centeno se ha atrevido a atravesar el pilar de un puente de solo cuatro metros de ancho a 200 kilómetros por hora.
"Yo creo que por donde pasamos tendría como tres metros. El traje mide más o menos un metro y medio. Se ve la pared cerquita"
Entrar por ese ojo de aguja parece una locura se mire por donde se mire: con la cámara de frente o colocada en el pecho. Javi Centeno y su compañero Kubica atraviesan con su traje de alas ese pequeño hueco entre los pilares... apenas cuatro metros de ancho.
"A medida que te vas acercando se ve más estrecho. Yo creo que por donde pasamos tendría como tres metros. El traje mide más o menos un metro y medio. Se ve la pared cerquita", explica a Antena 3 Deportes.
A 75 centímetros de rozar el hormigón con los dedos. Por eso, calculan al milímetro: "Hay que preparar sobre todo las distancias. De todos los que he hecho ha sido el más visual, porque se estrecha".
Esta hazaña se llevó a cabo en el el viaducto más alto de Europa. El puente francés de Millau mide más de 300 metros de alto, una obra faraónica única. Como único es este vuelo.
"Es una zona que se puede volar, no hemos tocado nada del puente. No hay ninguna normativa que prohiba algo así", nos explica Centeno.
Tuvieron que esperar a que se despejara la niebla para lanzarse desde un paramotor. Una aventura de medio minuto: misión cumplida. Ya preparan el siguiente.
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