Galicia
A sus 14 años, Hugo no deja de romper récords en lanzamiento de peso y disco. Sueña con emular las proezas de su padre, Frank Casañas, cinco veces olímpico, y su madre, Loli Pedrares, cuatro veces campeona de España en martillo.
Hugo Casañas (2009) lleva el deporte en la sangre. A sus 14 años, el pasado 11 de febrero volvió a batir el récord de España sub-16 en lanzamiento de peso, con unos meteóricos 21,01 metros. En la cita de Ourense superó en 71 centímetros su anterior plusmarca y, por supuesto, se llevó el Campeonato Xunta de Galicia en Pista Cubierta. "No pensaba que iba a lanzar algo así. Fue una grata sorpresa", explica el joven gallego, que también es recordman estatal en lanzamiento de disco sub-16, tras lograr un disparo de 64,10 metros el pasado mes de noviembre.
Sin techo aparente, Hugo entrena todas las semanas en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra para intentar emular las hazañas de sus padres, su mejor ejemplo e inspiración. "Ellos son parte de mí. Lo que estoy logrando es gracias a mis padres, que me dan muchos consejos sobre cómo evolucionar", asegura el deportista del Club Atletismo Rías Baixas. Su padre y entrenador es Frank Casañas, atleta cubano que participó en cinco Juegos Olímpicos, llegando a alcanzar el quinto puesto en lanzamiento de disco en Pekín 2008.
"Nos llevamos muy bien. A veces me graba vídeos, nos vamos a casa, los analizamos y al día siguiente lo repetimos pero bien hecho", comenta Hugo, que todavía no ha decidido en qué disciplina se volcará en un futuro. Una cosa sí tiene clara: "Yo quiero ir a unos Juegos Olímpicos o un Mundial, como mi padre, y vivir la experiencia que vivió él", confiesa ilusionado. El talento y la constancia los tiene, según su maestro. "Es inteligente para asimilar la parte técnica y desde pequeñito siempre fue una persona que se exigía bastante", recuerda Frank, consciente de que "aún tiene 14 años y pueden pasar muchas cosas". "Si realmente quiere llegar a ser profesional, necesita calma", remata.
Tras disputar un Mundial en Helsinki en 2005, Frank decidió no regresar a su Cuba natal. Apenas un año después se estaba casando con Loli Pedrares, cuatro veces campeona de España en lanzamiento de martillo. Y Galicia se convirtió en su hogar. Ahora, marido y mujer ven cómo su hijo crece a pasos agigantados. "Hugo tiene claros sus retos. Su objetivo es ser mejor que yo. Me dice: 'Quiero romper los récords que tú tienes, ir a más Juegos Olímpicos que tú'", apunta entre risas.
Por el momento, el camino de Hugo pasa por el Campeonato Nacional sub-16 en pista cubierta, que se celebra el próximo 2 de marzo en Valencia y donde peleará contra sus propios límites en lanzamiento peso, mientras que el 16 marzo será el turno del disco. Antes del verano llegará el esperado Campeonato de España al aire libre, en el que combinará ambas disciplinas.
Loli Pedrares, actual responsable de relaciones externas de la Asociación de Deportistas, siente "un gran orgullo, como toda madre" al comprobar los avances de su hijo. "Él se crio en una pista. Su padre se retiró en 2016 y lo vio entrenar mucho. Desde muy pequeño iba en un carro con los discos e imitando lo que veía. Siempre fue un niño muy hábil", recuerda sobre los inicios. Con solo dos años, Hugo recogió un trozo de un disco roto y lo lanzó con gesto de profesional. "Ya vimos que apuntaba maneras", confiesa.
Una pasión de la que poco a poco también se contagió Olivia, la hermana pequeña de 10 años. "Veo a mi hermano y pienso que quiero ser como él", asegura la benjamina, feliz de ver cómo Hugo "está consiguiendo sus sueños". Ella también viene pisando fuerte y ya ha ganado varios campeonatos de lanzamiento de peso en su categoría, además de jugar al fútbol en el Portero 2.000, club en el que también se inició su hermano.
Loli tiene para ambos el mismo consejo: "Les decimos que por mucho talento que tengan, hay que trabajar. El trabajo es imprescindible para triunfar en cualquier ámbito de la vida", recalca una madre que muchas veces tiene que mediar entre disputas. "Mi mujer es la que apacigua", reconoce Frank.
"En cada cuarto tienen un medallero y entre hermanos es una guerra constante. Olivia ve que él tiene muchas más medallas y se pica", explica ante la mirada traviesa de su hija. Es el día a día en un hogar en el que se respira devoción por el deporte.
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