Parapente
La eminencia del parapente ha vuelto a demostrar que no hay rincón del mundo que se le resista. Esta vez ha querido aprovechar un escenario poco habitual, la sierra de Tramontana cubierta completamente de nieve.
A pesar de haber volado más de 30 países, Horacio Llorens sigue con la misma ilusión del primer día y con ganas de que la naturaleza le sorprenda para poder disfrutar de lo que más le gusta. Por eso no quiso perder esta ocasión de sobrevolar el noroeste de Mallorca, con una estampa poco frecuente en la isla: "Estaba viendo como los demás disfrutaban de la nieve y pensé en una oportunidad para poder disfrutar de ella yo también".
Por eso en cuantolas condiciones meteorológicas se lo permitieron, no dudo en comenzar la aventura, esta vez acompañado de su gran amigo y también piloto profesional de parapente, Cesar Canudas, con el que comparte mucho tiempo en la isla: "Él es local de la isla y entrenamos juntos".
El parapentista de Red Bull tiene mucha experiencia sobre la nieve pero reconoce que nada tan especial como esta: "Estar delante del mar en una isla, viendo el mar, viendo esos picos, la gente caminando, ha sido muy divertido". Y por eso no dudaron en tomarse su tiempo para poder disfrutar de lo que tenían a su alrededor: "Había un manto precioso de nubes y pudimos jugar como si fuéramos niños pequeños".
"El frío fue intenso... las manos se me congelaron"
Aunque confiesa que también ha tenido su parte difícil: "El frío fue intenso, me puse las mismas ropas que para Pakistán donde estábamos a -30 grados y aun así las manos se me congelaron", porque asegura que aunque las temperaturas aquí no pasaban de -4 grados, con un viento en contra de 60/70km, la sensación térmica llegaba a ser de -15 o -20 grados.
Y con otra dificultad añadida, porque aunque su especialidad es la acrobacia en parapente, en Mallorca suele utilizar otro tipo de disciplina como es el paramotor, donde la mayor diferencia es que con esta técnica, no necesita corrientes de aire para poder volar, porque para eso cuentan con un motor y una hélice.
Pero aunque parezca algo increíble, él está muy acostumbrado a este tipo de aventuras, por ejemplo este verano estuvo sobrevolando el K2 en Pakistán a más de 7.000 metros. Desafiando por tercera vez la segunda montaña más alta del mundo y una de las más peligrosas para demostrar que seguirá conquistando las alturas alrededor de todo el mundo.