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La historia de supervivencia de Gari Habibou, jugador del ADEIN Tenerife: "Prefería morir, pero un médico me animó a seguir"

El baloncesto en silla de ruedas fue la salida de una pesadilla para el jugador del ADEIN Tenerife, Gari Habibou, que llegó desde Mauritania a El Hierro en patera.

Llegó desde Mauritania a El Hierro en patera hace poco más de dos años, 11 días casi a la deriva con otras 40 personas hasta tocar tierra. "Solo comía galletas y agua", cuenta el jugador del ADEIN Tenerife Gari Habibou. Una herida durante la travesía le provocó una grave infección en su pierna y se la tuvieron que amputar.

"Estaba muy inflamada y no podía caminar. Prefería morir, pero un médico me animó a seguir", recuerda Gari Habibou.

"Siempre está sonriendo, se ha adaptado muy bien"

Gari Habibou no se dio por vencido y el baloncesto en silla de ruedas fue su salida a esa pesadilla, aunque hasta ahora esto es un secreto que guarda a la familia que dejó en Mali.

"Van a pensar que estoy cobrando mucho dinero aquí (ríe), pero no les digo nada", cuenta Gari con una sonrisa.

El jugador está bien integrado en el club, y tanto la presidenta como un directivo del ADEIN Tenerife lo corroboran. "Es un ser de luz, un niño noble, cariñoso...", cuenta Magali Rodríguez, la presidenta del ADEIN Tenerife. "Siempre está sonriendo, se ha adaptado muy bien", explica Tino Padrón, directivo del club.

Gari Habibou ha llegado a debutar en Primera División, en el encuentro disputado en el Pabellón Sergio Rodríguez contra el Salto Bera Bera, el pasado mes de noviembre.

Recibe ayuda de la Fundación El Buen Samaritano

Aprende rápido y quiere ayudar al ADEIN a conseguir el objetivo de la permanencia. Se ha integrado muy rápido en el grupo y lo hecho con una sonrisa que nunca desaparece de su cara, según lo cuenta el propio entrenador, Javier Martínez.

"Aporta muchísimo al equipo, como su envergadura. Es un chico muy fuerte", cuenta Javier Martínez.

Hoy en día la Fundación El Buen Samaritano le ayuda. "Su historia de supervivencia daría para hacer sin duda una película con él solo. Encontró en el deporte un medio también de socializar", cuenta José Hernández, 'El cura de Azaña'.