Rescate
Pedro Montero rescató a dos jóvenes que estaban atrapadas en una corriente. Disfrutaba de un día de playa con sus amigos cuando alguien les dio el aviso.
Un sábado tranquilo para Pedro y sus amigos. O eso parecía cuando decidieron el plan de un día perfecto para disfrutar de la Playa de Carnota. Se encontraban en la arena cuando un señor les avisó de que algo iba mal en el agua.
Sin dudarlo, Pedro agarró su tabla y se lanzó al mar. Se encontró a dos chicas muy nerviosas que no eran capaces de salir de una zona de corrientes. Por suerte, todo salió bien: el surfista consiguió sacarlas del agua y, ahora, recuerda el suceso como una anécdota que ayudará a visibilizar más los peligros de los arenales.
La Playa de Carnota es la más larga de Galicia. Este sábado había varios bañistas disfrutando de sus siete kilómetros de distancia, entre ellos Pedro Montero y sus amigos. Este surfista de A Coruña se encontraba tomando el sol al lado de su tabla, cuando un señor se acercó a ellos, "nos vio con las tablas y nos dijo que a un kilómetro había tres personas sin salir del agua y llevaban 20 minutos". Como el arenal es tan inmenso, Pedro aún tardó "cinco minutos en llegar, e iba corriendo". "Eran dos niñas de 14 o 15 años y, con ellas, ya estaba un chico con una nevera de mochila que era el objeto que aportaba flotabilidad, fue una gran ayuda", reconoce el surfista.
"Las chicas estaban muy nerviosas, yo les ofrecí la tabla", explica este joven que también es socorrista y conoce cómo actuar en estos casos: "nada más llegar puse la tabla entre ellos y yo, para que tuvieran algo en lo que apoyarse. Si no, las personas al estar en una situación que desconocen se pueden abalanzar sobre ti, y es peor". Pedro aprovecha la ocasión y cree que puede "dar más visibilidad a los peligros en las playas, que la gente tenga cuidado, que haga caso a los socorristas…".
"Las personas entienden que el peligro está donde rompen las olas, y es al contrario, las olas siempre te van a traer a la orilla"
Además, apunta que "por desconocimiento, las personas entienden que el peligro está donde rompen las olas, y es al contrario, las olas siempre te van a traer a la orilla". Y da unas claves para diferenciar las zonas de corrientes y no pasar un apuro como estas dos chicas: "hay más profundidad, el color del agua es más oscuro y sin oleaje". El surfista coruñés le resta importancia y no se considera un héroe: "cuadró que estaba yo, pero cualquier surfista podría hacerlo".
Pero ese día y en ese momento, quien estaba allí era él. "No pude hablar con las chicas, tampoco con la madre que estaba bastante en 'shock' y muy nerviosa", cuenta Pedro que, por supuesto, lo entiende. Otras personas se acercaron a él y le agradecieron el esfuerzo: "todo salió genial", dice con una sonrisa de oreja a oreja. Y esa es la mejor noticia, que su tabla y él hiciesen del mar un lugar seguro.