Aventura
El ingeniero aeronáutico Héctor Salvador es el primer español en explorar la fosa de las Marianas, el lugar más profundo de la Tierra.
¿Se imaginan descender 11.000 metros en el océano? El ingeniero aeronáutico Héctor Salvador es uno de los pocos en el mundo que ha llegado tan lejos en la Fosa de las Marianas, en el Océano Pacífico. Ahora, la Sociedad Geográfica Española (SGE) le ha reconocido ese mérito y su trayectoria científica con el 'Premio Viajero del año 2023', por ser el primer investigador nacional en bajar al abismo de la Sirena a los mandos de un sumergible en abril de 2021.
Y es que lo de Héctor si que es tocar fondo. Ha sido el primer español en descender al punto más profundo del planeta, casi once kilómetros, (10.706 metros) en la Fosa de las Marianas: "Te sientes insignificante y es una oscuridad tan intensa que te duelen los ojos", cuenta a Antena 3 Deportes.
"Cuando llegas allí abajo y ves que está lleno de vida... es un momento sobrecogedor"
La presión en ese punto del planeta es 1.000 veces mayor que la de la superficie: "La temperatura de la agua es próxima a la de la congelación. Al principio tienes unos segundos de miedo: ¿quién me manda meterme aquí?", nos detalla.
Ha sido la misma sensación que viajar a otro planeta: "Cuando llegas allí abajo y ves que está lleno de vida... es un momento sobrecogedor. Están los anfípodos, que son como las pulgas de playa, y los isópodos, que son como los bichos bola". Es el punto más misterioso de la Tierra.
Este ingeniero aeronaútico trabaja diseñando y pilotando estos submarinos, un sumergible que es el único certificado para operar a cualquier profundidad. Medio día metido en ese habitáculo pegado a su compañero: "El diámetro interior de la esfera es de metro y medio. Vamos dos personas apretas y son 12 horas sin comer, ni beber, ni ir al baño".
Salvador también ha advertido sobre la gravedad de la contaminación marina, puesto que las basuras y desechos han llegado a sitios inhóspitos del fondo oceánico antes incluso que el propio ser humano.
"La fosa de las Marianas es un sitio que parece tan remoto e inaccesible que cuando te encuentras bolsas de patatas fritas, neumáticos o cables te das cuenta del problema tan grave que tenemos", ha explicado Salvador en ‘Expedición Iryo’, un espacio de conocimiento y concienciación sobre la preservación del planeta a través de testimonios de exploradores e investigadores del siglo XXI.
Según el ingeniero lucense, quién decidió pasar del espacio al fondo del mar después de un encuentro casual con el hijo del oficial de marina francés Jacques Cousteau, las investigaciones posteriores a la inmersión realizadas en laboratorio dictaminaron que algunas de las "especies desconocidas" encontradas a esas profundidades tenían "el estómago lleno de plástico".
Invertebrados, crustáceos, anfípodos e isópodos figuran entre las especies que forman parte de la fauna marina a más de diez kilómetros de la superficie, una distancia que alcanzaron después de cuatro horas y media de caída libre en total oscuridad.
"La luz solar desaparece a los 300 metros, que en nuestro caso son los primeros tres minutos de inmersión" aunque una vez que se llega al fondo, "el sumergible enciende los focos y se abre ante tus ojos un mundo desconocido", ha explicado Salvador.
Héctor Salvador está en la élite de los pilotos submarinos; apenas hay 15 como él en todo el mundo. Por este y por su participación en proyectos de exploración ha recibido el premio de la Sociedad Geográfica Española. Seguirá explorando... y si hay que volver ahí abajo volverá sin dudarlo.
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