HUBO TRES HOSPITALIZADOS
Un partido entre cadetes en Argentina acaba con tres hospitalizados. Todo empezó cuando un jugador le mete un empujón al portero rival. "Ya tiene amarilla", comentan desde la grada.
El joven sigue caliente y se enzarza con otro rival que le reprocha la acción. Nada que ver con lo que sucederá cuando el árbitro le expulsa.
Del manotazo en la cara pasa a las patadas y los puñetazos. El línea corre a proteger a su jefe. Parece que la cosa se calma... pero nada más lejos de la realidad.
Un hombre agrede al joven que había comenzado el conflicto, provocando el efecto contagio. Se ensañan con el chico que está en el suelo, que se levantó de repente buscando más bronca. Eso sí, una mujer le reprobó su lamentable actitud.