Fútbol
Una mujer pro-activista por los derechos en Arabia Saudí, Loujain al-Hathloul, lleva más de 600 días en la cárcel. Hoy una 'alineación' de mujeres de Amnistía Internacional se ha plantado en la embajada de Arabia Saudí en Madrid como protesta por la Supercopa de España, pero no les han recibido.
Portaban bufandas de los equipos que juegan para quejarse por esta Supercopa en un país que no respeta los derechos humanos.
Y es que para los defensores de los derechos humanos, Arabia Saudí es un país que va en contra y creen que celebrar ahí la Supercopa es una cortina de humo.
"La homosexualidad, el ateísmo y el feminismo son ideas extremistas"
"Es una cortina de humo para tapar las violaciones de derechos humanos que se producen fuera de los estadios", denuncia Eva Suárez Llanos, directora adjunta de Amnistía Internacional.
"La homosexualidad, el ateísmo y el feminismo son ideas extremistas que pueden ser castigadas con penas de prisión y con penas de flagelación", explica Eva.
"Es una cortina de humo para tapar las violaciones de derechos humanos"
"Utiliza la pena de muerte contra disidentes, es un país en el que se tortura y se reprime la libertad de expresión... Un blogero puede ser castigado a 10 años de prisión de prisión o 1.000 latigazos", asegura la dirigente de Amnistia Internacional.
"Ejecuciones extrajudiciales. La guerra de Yemen. Cárcel para activistas que defienden los derechos de las mujeres. Son solo tres crueldades del reino saudí. ¡Que el mundo se entere!", protesta Amnistía Internacional.
Las mujeres necesitan permiso
Las mujeres han conseguido que las dejen conducir, pero siguen siendo ciudadanos de segunda que necesitan el permiso de un hombre para emprender un negocio, trabajar o estudiar una carrera.
Desde Amnistía piden libertad para esas mujeres condenadas por expresarse.
"Las autoridades saudíes hablan de apertura pero hay pocos motivos para el optimismo. Ni siquiera han querido recibir nuestra carta donde exigimos libertad para las activistas en el país. Hay esperanza porque las muchas activistas no se cansan de luchar", lamenta Eva Suárez Llanos.