José Antonio Reyes
El sevillano dejó 18 propiedades a sus familiares pero la mayoría de ellas están hipotecadas. Ya han pasado más de 4 años de su muerte.
En las últimas horas se ha conocido que la familia de José Antonio Reyes, futbolista fallecido en un accidente de tráfico en 2019, ha visto como la Administración ya ha vendido tres casas que estaban embargadas por impago.
Las tres viviendas, que pertenecían al exjugador del Sevilla, han sido compradas por 227.760, 153.000 y 130.640 euros. La que más destaca es la casa familiar del futbolista en Utrera, Sevilla, dónde residía su esposa Noelia. La casa estaba tasada en 300.000 euros pero ha sido vendida por bastante menos: 227.760, según ha informado 'El Confidencial'.
También se habla sobre la posibilidad de que esta vivienda haya sido adquirida por el entorno cercano a Reyes o incluso por su mujer Noelia, que vivía ahí y que podría haber decidido comprarla para seguir haciendo uso de ella.
Fue hace semanas cuando 'El Confidencial' informó que Reyes no había hecho testimonio y que uno de sus acreedores, Renlac Capital, inició un procedimiento de ejecución hipotecaria, reclamando más de 435.000 euros. Precisamente en 2022 ya salieron a subasta su piso de Chipiona, un chalé en Boadilla del Monte y locales en Sevilla.
José Antonio Reyes dejó 18 propiedades a sus familiares pero la mayoría de ellas están hipotecadas y nadie ha podido hacerse cargo de las deudas de estos. Al no hacer testimonio su patrimonio pasó a sus tres hijos, el problema es que todos son menores de edad, por lo tanto, la responsable legal es Noelia López, su viuda, que hace poco aseguró que apenas tiene relación con la familia del jugador desde el fallecimiento de este.
"Me estoy enterando de todo y lo estoy asimilando. Además, siempre he estado al margen de los asuntos económicos de mi marido", aseguró Noelia al programa de Antena 3 'Y Ahora Sonsoles'. Hace un mes, el pasado 1 de junio, se cumplieron 4 años del fallecimiento del futbolista en un trágico accidente de tráfico en la autovía que une Sevilla con Utrera.
Según el informe técnico elaborado por la Guardia Civil acerca del accidente y el informe pericial realizado por el Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil, el accidente se produjo por un "reventón del neumático trasero", que provocó que el conductor perdiera el control del turismo, y la "excesiva velocidad de circulación" del vehículo, superior a los 187 kilómetros por hora