COPA DEL REY | SEVILLA 2-0 LOGROÑÉS (5-0)
El Sevilla, gracias a su 0-3 en Logroño, solventó con comodidad el trámite de la vuelta al ganar de nuevo a la UD Logroñés (2-0), un rival digno y que dio una buena imagen en un partido plácido para los sevillistas, que pasan a los octavos de final de la Copa del Rey y ya sólo miran al derbi del sábado ante el Betis.
Los sevillistas encaraban la cita con la tranquilidad del 0-3 de la ida ante un rival más centrado en la liga de Segunda B y en su reto de jugar la fase de ascenso, con lo que el técnico Unai Emery reservó a muchos titulares para el derbi y alineó a tres canteranos: el meta David Soria y los centrales Luismi Sánchez y Diego González.
Con Coke y Escudero en los laterales, Cristóforo y N'Zonzi en el medio campo, un tridente ofensivo con Reyes, Iborra y el galo Gäel Kakuta, que reaparecía a los tres meses de su lesión, y el italiano Ciro Immobile arriba, el Sevilla demostró pronto su superioridad, si bien los riojanos no se arredraron y le pusieron voluntad y ganas.
Esto se tradujo en un choque sin mucho control en la zona ancha y con muchas llegadas a ambas áreas, aunque los hispalenses impusieron su mayor calidad y crearon acciones de más peligro, como un cabezazo al larguero de Diego González a los 5 minutos, tras una falta sacada por Reyes, y en dos ocasiones fallidas de Kakuta e Immobile.
El conjunto entrenado por Carlos Pouso, con una zaga de cinco con dos carrileros y mucha movilidad en ataque, jugaba con descaro y lo intentaba desde lejos, con tiros sin éxito de Míchel e Iker Alegre.
El que no perdonó fue el Sevilla al cuarto de hora, al marcar Immobile el 1-0 a pase de Iborra, tras una buena apertura de Reyes. El tanto no desanimó al voluntarioso Logroñés, que replicó en acciones de Míchel, Alegre y Reguilón, también sin consecuencias, pero los de Emery, muy cómodos en el campo, siguieron llegando con facilidad.
Immobile, Iborra y Reyes pudieron ampliar la renta, lo que logró el utrerano con un golazo de falta a cinco del descanso.
Así, a la segunda parte se llegó con un 5-0 en el marcador global de la eliminatoria, con lo que la intensidad bajó mucho. Pouso hizo cambios, dio descanso para la liga a algunos jugadores y también la oportunidad a otros -Paredes, Titi y Muneta- de jugar en el Sánchez Pizjuán, una experiencia histórica para un modesto como el Logroñés.
Ninguno de los equipos cayó en la relajación, aunque el partido fue decayendo y desapareció el mayor ritmo de la primera mitad. Ya no hubo tantas ocasiones, salvo una falta lanzada fuera por el visitante Reguilón y otro remate casi al final que paró David Soria.
Por parte del Sevilla, ya en el último cuarto de hora, el juvenil Curro, que había entrado antes por Reyes -se marchó renqueante-, rozó el tercero en sendos tiros, uno que salió desviado y otro que se le escapó a Fermín y estuvo a punto de ser gol. Luego, Vicente Iborra fue expulsado, a siete del final, y el choque ya no tuvo más historia.