SE ENFRENTA A MÁS DE 100 AÑOS DE CÁRCEL
Seis jóvenes han ratificado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga que cuando eran menores de edad, con edades comprendidas entre los 11 a 17 años, sufrieron abusos y acoso por parte de su entrenador de fútbol base, que por estos hechos se enfrenta a más de cien años de cárcel.
Las víctimas han declarado detrás de un biombo como medida de protección y todos ellos han ratificado de manera coherente la denuncia que formularon en la fase de instrucción, según ha explicado a Efe la letrada de uno de ellos, Sagrario Nieto Vera.
El abogado del entrenador, Agustín Martínez Becerra, conocido por llevar la defensa de los cinco miembros de la Manada, ha calificado de "ilustrativa" la declaración de los menores y ha precisado que el contenido de ciertos mensajes hay que valorarlos de manera general y no puntual, porque pudieron ser con ánimo divertido y no libidinoso, como mantienen las acusaciones.
Algo "normal" dentro de un vestuario
El acusado, durante su declaración de ayer, normalizó las conversaciones de índole sexual con los menores, las cuales admitió pero alegó que eran adolescentes y que era normal ese tipo de conversaciones en un vestuario de fútbol.
El juicio comenzó ayer a puerta cerrada en la Audiencia Provincial de Málaga y mañana está previsto que declaren cuatro menores más de las 25 víctimas afectadas en este procedimiento, además de técnicos del Málaga C.F., ya que el acusado dirigió diversas categorías de alevines y cadetes de varios clubes en la provincia.
El acusado, que siempre se ha declarado inocente, es un histórico del fútbol base y está acusado de delitos de abuso sexual, exhibicionismo, provocación sexual, corrupción de menores, acoso y embaucamiento sexual a menores y se enfrenta a una petición fiscal global de cien años y siete meses de prisión.
El entrenador, de 45 años, permanece en prisión desde el pasado 2 de diciembre de 2016 tras ser detenido por estos hechos y se le acusa de "aprovechar" su influencia sobre los alevines y cadetes que entrenaba. En el relato acusatorio, el fiscal señala que el acusado prometía a algunos menores hacerlos capitán, jugar más partidos o llevarlos a otros equipos de más categoría si le remitían fotografías de carácter sexual.
Les enviaba fotos y vídeos pornográficos
También sometió a alguno de ellos a tocamientos y a otros les ofreció llevarlos a prostíbulos, botellas de alcohol, dinero e invitarlos a cenar a una hamburguesería a cambio de fotografías de ellos desnudos. El entrenador, que estuvo trabajando veinte años con menores en diversos banquillos de la provincia, mantenía conversaciones de índole sexual por redes sociales con los jugadores y les pedía imágenes de sus órganos genitales.
El acusado, que no presenta ninguna alteración, ni perturbación, según el relato acusatorio, les enviaba fotos y vídeos pornográficos, mujeres desnudas e incluso imágenes de su cuerpo desnudo. Los menores, mantiene la acusación, se sentían incómodos pero "mantenían las conversaciones para no provocar el enfado del procesado" y a algunos de ellos los amenazó con que si no accedían a sus pretensiones no jugarían, o no les trataría de forma favorable en el equipo.
Además, aprovechó viajes con motivo de los partidos para "guiado por el ánimo lúbrico" enseñarles vídeos con escenas de pornografía entre adultos y posteriormente agredirles sexualmente.