Copa del Rey
El Real Madrid remontó el 0-1 de la ida guiado por un magistral Benzema, autor de un hat-trick y una asistencia. Vinicius abrió el marcador al borde del descanso. Karim destrozó al Barça con tres goles en la segunda parte. Real Madrid - Osasuna, la final de la Copa del Rey.
El Real Madrid resurgió en el Camp Nou para sellar su pase a la final de la Copa del Rey, donde le espera Osasuna, con un resultado histórico (0-4) y una actuación antológica de Karim Benzema, autor de una asistencia y un hat-trick. El equipo de Ancelotti destrozó al Barcelona y demostró que a día de hoy sigue siendo el mejor equipo del mundo en eliminatorias del k.o. Un aviso para el Chelsea, por cierto.
El 6 de mayo, en el estadio de la Cartuja (Sevilla), se medirán Real Madrid y Osasuna con el título de Copa del Rey en juego. Un partido que decidirá el campeón. Tras la exhibición del Camp Nou, el equipo de Ancelotti es el claro favorito, pero esto es fútbol...
De momento, lo que ya queda para la historia es el partido que firmó el Real Madrid en un Camp Nou que preparaba una fiesta y celebró un funeral. Y eso que el equipo de Xavi salió dominador en el primer acto. Al equipo de Ancelotti no se le veía cómodo en el inicio y se tuvo que emplear a fondo para neutralizar el buen arranque azulgrana, quien por momentos parecía que era quien debía remontar. El duelo amaneció eléctrico y una buena muestran fueron Gavi y Vinicius, los dos más acelerados de la cuenta en los primeros 45 minutos.
Y cuando el primer acto ya parecía tocar a su fin llegó el minuto que lo cambió todo. Courtois salvó con una mano milagrosa un remate envenenado de Lewandowski y acto seguido Benzema y Vinicius montaron una contra letal para subir el 0-1 al marcador, obra del brasileño con suspense. Ahí murió la eliminatoria y el partido, como se iba a comprobar en el arranque de la segunda parte.
Un Benzema imperial destroza al Barcelona
Y es que gol fue un mazazo tremendo para los de Xavi. En la reanudación el Real Madrid se hizo con los focos y con el escenario y ofreció esa versión que aterroriza a Europa en cuanto llegan las eliminatorias. Luka Modric se sacó una jugada de la chistera para ceder un baló a Benzema en la frontal y el francés puso un balón ajustado, abajo, imposible para Ter Stegen.
Sin tiempo para asimilar el segundo gol, Vinicius le buscó las cosquillas a Kessie y éste cometió un penalti tan claro como innecesario. Benzema no perdonó desde los once metros. El Barça ya era un equipo sin rumbo en ese momento y los de Ancelotti pudieron anotar el cuarto en hasta tres ocasiones. Al final, fue el propio Benzema quien anotó el 0-4 y el tercero de su cuenta particular tras una gran asistencia de Vinicius.
El Real Madrid dio un golpe en la mesa y confirmó que su era aún no ha acabado, ni mucho menos. Un resultado histórico que mete a los de Ancelotti en al final de la Copa del rey y cuyas consecuencias para el Barcelona habrá que calibrarlas con el paso de las horas y los días.