FINAL CHAMPIONS TOTAL | JUVENTUS 1 - 4 REAL MADRID

El Real Madrid gana su Duodécima Champions League en una noche mágica en el Millenium Stadium de Cardiff

La Duodécima es Real. Los blancos lograron ante la Juventus lo que nadie había conseguido hasta ahora: ganar dos Champions League de manera consecutiva. Cristiano Ronaldo abrió el marcador, igualó Mandzukic con un golazo, Casemiro marcó en la segunda parte, Cristiano puso el 1-3 y Asensio completó la fiesta blanca.

Llegó la hora de la verdad. Cardiff, Millennium Stadium, Juventus, Real Madrid. Los dos mejores equipos en la Champions League, los dos con caminos muy diferentes, con juegos muy diferentes, pero con un mismo objetivo: la 'orejona'.

Para unos podía ser su tercera Champions, la primera desde 1996, una espera de 21 años que esperaban acabar después de la final perdida ante el Barcelona en 2015. Precisamente tendrían a otro equipo español delante, ni más ni menos que el 'Rey de Europa', un Real Madrid que buscaba la Champions número 12 para llevarla a las vitrinas del club blanco.

Zidane se había llevado a todos a Cardiff, pero la gran duda estaba en torno a Isco o a Bale en el once titular para la final. Finalmente, el francés metió a Isco como titular, dejando al galés en el banquillo y a Lucas Vázquez y a James fuera de la convocatoria.

Allegri se decantó por su once de gala, con su 'BBC' en defensa, con Alex Sandro y Dani Alves en los extremos y con Higuaín, Mandzukic y Dybala en ataque. Los 22 protagonistas ya estaban decididos, los aficionados estaban en sus sitios, los nervios estaban a flor de piel y sólo faltaba que Brych marcase el arranque del partido.

Rodó el balón en Cardiff

Y rodó el balón en Cardiff, se encargó de hacerlo Dybala, arrancó la gran final. La Juventus, quizás aprovechando el excesivo descanso del Real Madrid antes de la final, tomó el control del partido en los primeros minutos.

De hecho la primera gran ocasión de la final llegó de los pies de Higuaín, que obligó a Keylor Navas a detener el balón en una doble parada. También se estiró de lo lindo en un disparo de Pjanic desde fuera del área, que quedó anulado por fuera de juego.

El Madrid tenía que reaccionar, parecía fuera del partido, pero se fue metiendo gracias a la posesión del balón. Modric, excelso en la conducción del balón, fue el faro del equipo en esos minutos de zozobra. Atacaban la banda de Alves, después pasaron a la de Alex Sandro, intentado sumar a todos los jugadores al ataque.

El partido se calentaba con el paso de los minutos con entradas de Casemiro a Pjanic, de Dybala a Kroos, de Mandzukic a Ramos... Todas las partes del campo tenían sus conflictos, pero entre tanto tumulto, surgió el primer gol del partido.

Cristiano abrió el marcador... y Mandzukic igualó

Una contra de los blancos, morados en Cardiff, comandada por Modric y Cristiano, la culminó el portugués tras un pase medido de Carvajal que Ronaldo metió en la portería de Buffon. Bonucci ayudó a que acabase dentro metiendo el pie para desviar el disparo de Cristiano.

Era un golpe de efecto a la final, con el Madrid dando el primer golpe psicológico al partido. Habían logrado marcar un gol a la defensa más férrea de la Champions League. Pero poco le duró la alegría a los blancos.

Mandzukic, con una semi-chilena desde dentro del área, puso el 1-1 en el marcador. Keylor Navas, pese a estirarse todo lo que pudo, no pudo detener un balón que cayó con nieve. Era un gol importantísimo en el partido, un empate que dejaba todo como cuando empezó y que hacía que la Juve se metiese en el partido de lleno.

De hecho, los siguientes minutos fueron de la Juventus, entrando por las bandas y haciendo al Real Madrid esforzarse en el aspecto defensivo. El partido se paró por un lance de Carvajal con Mandzukic, que se dolía de su tobillo izquierdo, todo esto antes de llegar al descanso.

Los blancos, volcados

El Madrid se volcó en ataque en esos últimos minutos, con Modric como faro y con Carvajal como puñal en la banda derecha. Sin embargo, no hubo suerte y no cayó el gol para los blancos, llegándose 1-1 al descanso.

Las espadas estaban en todo lo alto, la gran final no podía estar más abierta y cualquiera de los dos equipos podía llevarse la victoria. Con numerosas amonestaciones, los jugadores tenían que estar alerta para no ver la segunda amarilla.

El balón echó a rodar en la segunda parte. Las gradas no podían estar más tensas, no quedaban uñas y quedaban por jugarse, al menos, otros 45 minutos. Los primeros minutos tuvieron color morado, con el Madrid llevando la iniciativa. El arranque de la segunda parte tuvo un momento tenso con Bonucci pidiendo el cambio tras recibir un balonazo.

El central finalmente pudo continuar en el partido, dejando a su equipo con el once de gala sobre el terreno de juego. La 'Vecchia Signora' estaba metida en su área, con el Madrid yendo de nuevo al ataque, llegando por izquierda, por derecha, por el centro...

Casemiro y Cristiano ponían la Duodécima a tiro

Bale calentaba en la banda, aguardando la oportunidad para jugar en 'su' final en Cardiff. El Madrid seguía y seguía y seguía, tenia a la Juve entregada en su área y, cuando menos se esperaba, del jugador que menos se esperaba, llegó el 1-2.

Casemiro aprovechó un rechace en el área de la Juventus para llegar desde la segunda línea y sacar un disparo seco. Su golpeo rebotó en las botas de Khedira, que alojó el balón en la portería de Buffon, que no pudo hacer más para detener el balón.

No iban a acabar ahí las alegrías para los blancos. Una recuperación en la frontal del área de Modric, que descargó el balón sobre Carvajal, el lateral se la devolvió al croata, que colgó el balón desde la línea de fondo para que Cristiano, una vez más tuvo que ser Cristiano, marcó el 1-3.

El portugués, protagonista de esta Champions League, máximo goleador y con medio Balón de Oro en el bolsillo, abrió el marcador y marcó el que parecía la sentencia para dar la Duodécima al Real Madrid. Se dosificó durante todo el año, llegó a la fase final como un tiro y, en Cardiff, volvió a emerger.

Asensio completó la fiesta

Los minutos pasaban, el panorama pintaba cada vez mejor para el Real Madrid, que veía lo imposible cada vez más real. La segunda Champions consecutiva, algo que nadie había logrado hasta ahora, estaba a 20 minutos, aunque quedaba lo más difícil, cerrar el partido.

Allegri agotó sus cambios, quitando a Dybala del campo, que se marchó con una cara de circunstancia importante. El reloj jugaba cada vez más a favor de los blancos, ya eran solo 10 minutos, la gente lo celebraba y la historia parecía romperse.

El final del partido tuvo un altercado con Cuadrado, que acabó expulsado, con Sergio Ramos, al que le propinó un golpe tras una dura entrada al suelo del central del Real Madrid. Ya quedaban cinco minutos, cinco largos minutos para los blancos, muy cortos para la Juventus.

Lo buscaba con ansia la Juventus, intentando colgar balones para que Mandzukic o Higuaín marcasen un gol. Pero no hubo manera, el Madrid, sólido en la faceta defensiva y lúcido en ataque, superó claramente a la Juventus en la segunda mitad, certificando su historia.

Marco Asensio, que entró en la segunda mitad en lugar de Isco, aprovechó una internada de Marcelo por banda izquierda para empujar el 1-4 a la portería de Buffon. La Duodécima llegó con una segunda parte para el recuerdo del Real Madrid, que completó su doblete de Liga y Champions.

Ramos levantó la Duodécima

Y Ramos alzó el trofeo más ansiado para los blancos, el trofeo que es el favorito del Real Madrid. El 'Rey' de Europa reclamó su trono un año más, tumbando al equipo al que sólo le habían marcado tres goles en toda la competición. El Madrid le metió cuatro en 90 minutos.

Era la historia rota, la historia rota por el equipo más laureado en la historia de la Champions League. Cristiano Ronaldo, líder de un equipo de leyenda, volvió a aparecer y fue el que más se emocionó sobre el terreno de juego.

No hubo maldiciones que tumbasen a los blancos, ni la camiseta morada, ni el escudo del Mundialito, ni que cada siete años un equipo italiano gana una Champions, ni que nadie hubiese ganado dos Champions seguidas. La historia sólo pueden romperla aquellos que la escriben y el Real Madrid ha escrito las páginas más doradas de esta competición.

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