REPASO A SU CARRERA DEPORTIVA
Una vida que empezó como rojiblanca y acabó siendo muy blanca. Raúl, aquel chaval delgado que pronto enseñó carácter en la que había sido su casa se reveló como un líder capaz de desafiar con la mirada al míster que le había dejado en el banquillo, a los más duros rivales, hacer retroceder a los árbitros y quitarle goles al gran fichaje del equipo.
Y todo sin broncas en el vestuario: sucedió a Hierro y es uno de sus mejores amigos. Ni con los enemigos, porque otro íntimo es Guardiola.
No vio ninguna tarjeta roja
Tampoco hubo demasiadas broncas en el césped. Puede presumir de no haber visto ninguna tarjeta roja, y hablando de los goles llegan las grandes cifras: 741 partidos con el Madrid y 323 goles.
Un jugador incansable y ambicioso, que convivió bien con todas las estrellas que le fueron poniendo alrededor, y que sus lágrimas al decir adiós al Bernabéu confirmaron que aquella fue la decisión más difícil de su carrera.