Supercopa de España
Leo Messi no tuvo su noche ante el Athletic Club. Después de quedarse fuera del partido ante la Real Sociedad en semifinales, el argentino protagonizó la gran incógnita de la semana al no saber si iba a ser de la partida en la final de la Supercopa de España.
Finalmente Koeman le incluyó en el once, pero Messi estaba tocado. El argentino participó en la jugada de uno de los goles culés pero pasó desapercibido durante el resto del encuentro. En definitiva, Leo no fue Leo.
Así lo dicen sus estadísticas, sin gol, sin asistencia, sin pases clave, y con 104 balones tocados, de los cuales 21 son pérdidas de la posesión.
La peor noticia para el barcelonismo es que además de arrastrar molestias físicas tampoco está bien mentalmente. El argentino no ve un proyecto ganador y su rendimiento tampoco está siendo el mejor posible.
Por ello, y fruto de la impotencia de ver la final perdida, Messi agredió a Villalibre justo antes del pitido final. El colegiado, previa revisión del VAR, le mostró la cartulina roja confirmando otra noche amarga del argentino con el Barcelona, y ya van unas cuantas.
El jugador del Athletic, héroe en la final de la Supercopa de España, no tenía dudas al finalizar el encuentro: "Es una agresión clara".