Selección española

España, susto o muerte... y a octavos del Mundial

La Roja salió ante Japón creyéndose clasificada y acabó jugando con fuego: perdió pese a un 83% de posesión. Havertz, 'hijo predilecto' de una España que evita a Brasil y Argentina hasta la final.

Luis Enrique, en el partido contra JapónEFE

España se asoma a los octavos de final tras una fase de grupos mundialista en la que ha ido de más a menos: metió el miedo al mundo con el 7-0 a Costa Rica, ganó crédito compitiendo ante Alemania y, finalmente, firmó su partido más tétrico ante Japón. La peor actuación del equipo de Luis Enrique trajo, sin embargo, el mejor resultado posible: toca Marruecos en octavos, se evitan unos hipotéticos cuartos contra Brasil, deja fuera a los germanos y además gana un día de descanso. Preocupan, eso sí, las secuelas que un encuentro tan desastroso dejará en el grupo. Durante tres minutos, la Roja estuvo fuera del Mundial con el momentáneo triunfo de Costa Rica ante los de Hansi Flick; solo la goleada a los 'ticos' en el debut y un Kai Havertz 'hijo predilecto' español nos salvaron de la pira. El Grupo E fue de manicomio. Los nipones ya no solo fantasean con 'Oliver y Benji' y sometieron a hispanos y teutones; la Mannschaft, sin octavos dos Copas del Mundo consecutivas; la selección española se vio impotente cuando la acorralaron en su área. El suflé se ha pinchado.

Alemania dio la medida de España

En cualquier caso, no hagamos trampas. La verdadera medida de España la dio Alemania en un partido que reivindicó al equipo tras los últimos batacazos en los torneos de Brasil y Rusia. La Roja se compone de un bloque jovencísimo, pero también de varios veteranos y de muchos jugadores que no gozan de una titularidad indiscutible en sus clubes. Un pivote, Rodri, se ha hecho con el centro de la zaga ante las dudas con Pau Torres y Eric García, mientras que el juego baila al son del mediocampo del Barça: Busquets, en las postrimerías de su carrera, da el contrapunto a dos jóvenes imberbes como Pedri y Gavi. Arriba, Morata no tiene un delantero centro puro que le supla mientras que Ferran Torres, Asensio y Olmo, suplentes habituales en sus equipos, llevan sobre sus hombros la producción ofensiva. España dominó durante 70 minutos a los alemanes, pero en el tramo final se vio desarbolada por el rodillo de Musiala y compañía. Al final Alemania, cuyo espinazo no es otro que el Bayern de Múnich que ganó la Champions en 2020, se viene a menos con otro varapalo internacional.

La selección española se siente cómoda en el juego combinativo y sacando el balón desde atrás, a pesar de los microinfartos que provoca Unai Simón: "En una balanza, compensa. Porque jugando así es como somos mejores. Nosotros, el staff, seleccionamos a futbolistas que están más a gusto con el balón que sin él. '¡Si vas ganando, pégale en largo!', pensarán muchos. Vale, pues te va a volver en 20 segundos. Por eso la mejor manera de defender es tener el balón y no dejar de buscar goles. Siempre uno más", confesó Luis Enrique en uno de sus 'streamings' de Twitch. El equipo tuvo un 82% de posesión ante Costa Rica, un 65% contra Alemania y un 83% ante Japón con desiguales resultados. ¿Desde cuándo dar 700 pases se considera per se 'jugar bien'? Se detectan síntomas de debilidad en las jugadas a balón parado y cuando el partido se convierte en un correcalles. Sin embargo, España sigue siendo un equipo que quiere el protagonismo, ambicioso y desinhibido. Veremos cómo digiere la derrota ante los 'Samuráis Azules', un choque que salió a disputar con la barriga llena para terminar jugando con fuego... ¿O no? Nunca lo sabremos.

Francia y Brasil, grandes favoritas

Ha sido una fase de grupos con excesivo rigor táctico y escasos partidos de empaque. Brasil y Francia parecen los rivales a batir: tienen más recursos que una navaja suiza y no necesitan jugar bien para ganarte. La 'verdeamarela' no concedió ni un tiro a puerta en sus dos primeros encuentros y, aunque ha perdido a Neymar, Vinícius Jr. ha extendido su dominio a la 'Penta'. 'Les Bleus', por su parte, no echan en falta las numerosas bajas gracias a Kylian Mbappé, quizá el futbolista más devastador del torneo. Inglaterra tiene un ataque temible y Portugal contundencia en ambas áreas. Argentina empezó perdiendo ante Arabia Saudí y, sin embargo, ahora le espera un camino sencillo hasta 'semis'. España, por su parte, viene desde atrás sin alharacas pero con un juego acreditado y habiendo aprendido a competir. Quizá sea la mejor Roja desde el periplo de 2008-2012 y, aunque no es favorita (lo mismo puede caer contra Marruecos que llegar a la final), sus rivales no la quieren ver ni en pintura. Eso sí, en un Mundial sin brillo, el colmillo y la pegada darán la estrella.

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