Selección española
El toque español choca contra el muro marroquí. Los de Luis Enrique fueron incapaces de marcar y la Roja cae eliminada en octavos, como hace cuatro años en Rusia, tras una tétrica tanda de penaltis (3-0). Marruecos hace historia y se mete por primera vez en cuartos de un Mundial.
España se despide del sueño mundialista con un final cruel. Los de Luis Enrique completaron una pésima tanda de penaltis tras un choque muy igualado que terminó sin goles; finalmente, Marruecos llega a cuartos de un Mundial por primera vez en su historia. La selección española se despidió de Qatar en los octavos de final tras una fatídica tanda de penaltis en la que falló sus tres lanzamientos.
La Roja tuvo la posesión, mientras que los africanos ejecutaron su plan para celebrar sus primeros cuartos de final en una Copa del Mundo. Los de Luis Enrique fueron dueños del balón en la primera mitad, aunque sin hacer daño a una Marruecos muy bien plantada y superior físicamente. Ambas selecciones pudieron adelantarse ya en la segunda mitad, con una España mejorada con Morata en el campo. Finalmente, el choque se fue a la prórroga y a los penaltis.
En la tanda, Pablo Sarabia, Carlos Soler y Sergio Busquets erraron sus lanzamientos en una memorable actuación del héroe de la noche, Yassine Bono, mientras que los marroquíes solo fallaron uno, en las botas de Benoun. Como ya sucedió en Rusia 2018, España dice adiós en la primera eliminatoria del Mundial y no logra el ansiado billete a cuartos. Desde que se proclamó campeona en Sudáfrica allá por 2010, la Selección solo ha ganado tres partidos en la Copa del Mundo.
Marcos Llorente, desbordado
Luis Enrique repitió el once de la goleada de Costa Rica, pero con Marcos Llorente de lateral con el objetivo de frenar velocidad marroquí al espacio. El guion fue el esperado, con Marruecos juntando mucho las líneas y defendiendo en apenas diez metros atrás. La Selección se veía obligada a contruir su juego con los centrales, únicos futbolistas que quedaban libres ante el ímpetu defensivo de la selección árabe. Rodri y Laporte estuvieron imperiales.
Avisó Achraf con una falta en la frontal a los 11 minutos que se fue cerca del larguero. En la primera media hora, la Roja contestó con un tiro al lateral de la red de Asensio, quien llegó a la pelota demasiado forzado. Sin embargo, la selección africana volvió a enseñar la patita antes del descanso: en el 33 con un tiro desde la frontal de Mazraoui que detuvo Unai Simón y en el 42 con un cabezazo de Aguerd que se fue arriba por los pelos.
El objetivo de los de Walid Regragui estaba claro: robar y salir con verticalidad aprovechando su rapidez. A los marroquíes les costaba mucho más la elaboración del juego y por eso preferían esperar. Gavi entendió perfectamente de qué iba el partido y disputó con agresividad todos los balones en un encuentro en el que Pedri nunca estuvo cómodo. Ferran Torres nunca consiguió irse de nadie y Olmo desbordaba más en la izquierda asociándose con Jordi Alba.
Marcos Llorente hizo un papelón ante Boufal, transfigurado en Maradona; el del Atlético perdió todos sus duelos en la primera parte y la banda derecha hacía aguas en el Education City Stadium. El duelo se jugaba a la velocidad que quería Marruecos, muy cómoda sin la pelota y sin recibir peligro real. Su único déficit llegaba cuando intentaba sacar la pelota jugada desde atrás.
Gavi, el mejor, fue sustituido
En la segunda mitad entraron Morata y Carlos Soler por Asensio y Gavi; el barcelonista estaba siendo el mejor del partido, aportando mordiente en mediocampo. Poco antes, en el minuto 54, Dani Olmo había probado suerte con un zurriagazo lateral tras botar una falta. En el 75 entró Nico Williams y al poco envió en centro peligroso que casi embocó Olmo ante Bono. En el último minuto de partido, un centro chut casi da la victoria a España, pero Bono estuvo muy listo de nuevo y se quitó el balón de encima.
Llegó la prórroga y el momento en que Marruecos pegó un bajón físico tras un partido entero persiguiendo la bola. Achraf y Ziyech castigaban la banda de Jordi Alba y Luis Enrique dio paso a Balde. También a Ansu Fati por Olmo. En el 104 Unai Simón le sacó un mano a mano a Cheddira cuando el choque ya se estaba convirtiendo en un correcalles. Williams llevó el peligro en banda derecha, pero sus compañeros no acompañaron nunca la jugada. Sarabia, que entró para los penaltis, chutó al palo en la última jugada del tiempo añadido. Pudo ser héroe, pero sería villano minutos después.
Fueron 129 minutos de fútbol que recordaron al tétrico encuentro contra Japón, el último de la fase de grupos. Los de Luis Enrique tuvieron la pelota por tenerla, jugando siempre en horizontal y sin arriesgar un pase hasta completar un total de 926. España apenas solo chutó dos veces entre los tres palos; era un duelo que apestaba a tanda de penaltis desde el inicio.
Ya en la definitiva tanda desde los 11 metros, España fue incapaz de marcar un solo gol: fallaron Sarabia, Carlos Soler y Busquets. Por parte de Marruecos anotaron Sabiri, Ziyech y, por último, Achraf a lo panenka. Un futbolista nacido en Getafe acababa así, con un gesto técnico a la altura de los dioses del fútbol, con el sueño hispano del Mundial. El juego de los mil toques se estrelló contra el muro africano y España se despide otra vez del Mundial en la tanda de penaltis, como hace cuatro años.