EN CONTRA DE LA DECISIÓN DEL RÉGIMEN IRANÍ
La lucha de las mujeres por conquistar los derechos más básicos es una batalla que a diario se libra en Irán, uno de los países más restrictivos con el papel de la mujer en la sociedad y los espacios públicos.
En Irán la vida no es fácil para las mujeres, de hecho hace sólo unos días una mujer se quemó a lo bonzo tras ser detenida intentando entrar a un partido de fútbol.
El jueves, un grupo de mujeres iraníes podrán ver el Irán-Camboya. Una apertura contra la que se ha manifestado, de forma paradójica, un grupo de mujeres iraníes.
"Tenemos muchos problemas en nuestro país y lo único que preocupa al Gobierno es que las mujeres entren en los estadios. Lo que hacen es propaganda de cara a las próximas elecciones en Irán", asegura una de las mujeres de este colectivo de protesta.
Unas palabras, igual que su vestimenta, que se corresponden con el mensaje del islam más radical. Para ella y otras, las mujeres no deberían poder acudir al partido.
"No estamos contentas con lo que va a pasar, no se tiene en cuenta la dignidad de las mujeres musulmanas. No es digno para las mujeres musulmanas estar en una atmósfera que es específica para los hombres".
Algunas mujeres sí han podido entrar en algún caso para ver a Irán en pantallas gigantes como en el pasado mundial de Rusia, pero hay que seguir adelante.
De momento la FIFA ha conseguido que el jueves puedan ir al fútbol en persona las mujeres iraníes por primera vez en 40 años. Serán sólo 3.500, un grupo de elegidas a dedo y sobre un aforo de 78.000, acompañadas por hombres en zonas acotadas para familias.
Una lucha por la libertad y los derechos de las mujeres que llevó a Sahar Jodayari a quemarse viva por no poder entrar en los estadios.