Fútbol
El exjugador, que había superado jugando al tenis en silla de ruedas su retirada del fútbol tras sufrir una caída desde un hotel, ha fallecido arrollado por un tren que cubría la línea entre Oviedo y Siero.
Pelayo Novo ha muerto este martes de forma repentina con 32 años. El exjugador de Oviedo, Córdoba, Elche, Lugo, Cluj y Albacete falleció en la tarde de este martes tras ser arrollado por un tren a la altura de La Corredoira, muy cerca de La Malata (Asturias).
El asturiano resultó herido de gravedad en 2018, cuando militaba en el Albacete, después de sufrir un accidente que puso fin a su carrera al caer desde el tercer piso de un hotel en Huesca durante la concentración del equipo. El accidente le dejó graves lesiones medulares. Permaneció más de 50 días ingresado en Zaragoza y posteriormente en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.
En los últimos tiempos disfrutaba jugando al tenis en silla de ruedas y ejercía asimismo en la actualidad como embajador de la Fundación Real Oviedo. Se había casado hace 15 meses con su pareja Iciar López.
Novo jugó 208 partidos en total en nuestro país marcando un total 26 goles, dando una asistencia y sumando 11.625 minutos de juego, 5.547 de ellos en LaLiga Smartbank.
Así era su nueva vida
En mayo del año pasado, Antena 3 Deportes pudo charlar con él. Para este exfutbolista su refugio fue el deporte. decía no recordar nada de aquella mañana en la que volvió a nacer tras caer desde un tercer piso. "Eso lo tengo guardado en un cajoncito, es pasado. Vivo el presente, sinceramente. No me paro a pensar en ello. Estoy disfrutando mucho con el tenis en silla y no es un tema que saque ahora ni tengo en mente", explicó.
Durante su estancia en el hospital en Toledo, pasó un tiempo duro. Sin embargo, el deporte le dio motivación para seguir adelante: "Durante un año y medio lo pasé muy mal. No disfrutaba en general de los momentos del día, pero el tenis me ayudó a evadirme. Creo que a mí el deporte me ayudó a encontrar una nueva motivación y a salir del bucle malo en el que me podía meter".