Manchester City
El Manchester City se estrenó en la Premier League con una victoria frente al Burnley, pero el protagonismo se lo llevó Guardiola dejando una de las imágenes del partido al término de la primera mitad.
El Manchester City comenzó su curso en la Premier League con una sólida victoria por 0-3 ante el Burnley. Erling Haaland marcó el primer doblete de la temporada y Rodri Hernández cuajó un gran partido, apuntándose un gol en su cuenta personal y dando una asistencia.
Lo que está claro es que el City sigue a lo suyo. Ganando. Y mostrándose como el principal candidato a ganar la competición doméstica, esa que tanto le gusta (la ha ganado hasta un total de nueve veces, cinco con Guardiola al frente).
Si consigue esta temporada el título de Premier League, significaría algo inédito: nadie antes ha conseguido ganar el trofeo de la liga inglesa cuatro veces consecutivas. Pero si hablamos de récord en el conjunto inglés, también hay que nombrar a Haaland. El jugador noruego ha conseguido marcar dos dobletes en dos estrenos de dos temporadas diferentes, algo que solo ha conseguido antes Didier Drogba.
El equipo de Guardiola partía de inicio con sus fichajes en el banquillo (Josko Gvardiol y Mateo Kovacic) y con dos piezas muy importantes ya fuera del club (Ilkay Gündogan y Riyad Mahrez). El City se adelantó en la primera parte con dos goles de Erling, el segundo tras una buena asistencia de Julián Álvarez. Kevin De Bruyne se retiró del campo por molestias musculares.
En la segunda mitad, el Burnley intentó marcar el primero pero no lo consiguió, ni tras un buen disparo de Lyle Foster. Y después, el City dominó con lo que más le gusta hacer: tener el control del balón. Hasta que llegó el tercero con una gran internada de Rodri Hernández en el tramo final del encuentro.
Uno de los momentos que más se ha viralizado a raíz de este primer partido de los 'citizen' en la Premier ha sido el de la bronca de Guardiola a Haaland en la primera parte. Y es que en una jugada al término de la primera mitad, el delantero noruego se enfadó porque Bernardo Silva no le pasó la pelota y a pesar de haber marcado dos goles, se fue mosqueado al vestuario. Es ahí entonces cuando apareció Guardiola y le echó la bronca. Una cámara grabó el momento y Pep, sin ser consciente de lo que iba a generar esa reacción, pegó un manotazo a la cámara.