Alemania
El Bayern de Múnich empezó goleando un partido que terminó sufriendo con el Leipzig, renacido tras las salida al campo de Dani Olmo, y que sentenció Sané en el descuento.
El Bayern de Múnich 'postLewandowski' ya está en marcha. Su arranque en el primer título de la temporada, la Supercopa alemana, fue de menos a más en un duelo que se convirtió en un festival de goles.
A pesar de su bajón en la segunda mitad, el fulgurante arranque de los bávaros frente al RB Leipzig fue suficiente para sumar su tercer entorchado consecutivo y el sexto en las últimas siete ediciones.
Al ritmo del joven Musiala, los pupilos de Julian Nagelsmann se marcharon al descanso con un contundente 0-3 y con la sensación de no tener rival en Alemania. El propio Musiala abrió el marcador, el flamante fichaje Sadio Mané duplicó la ventaja y Pavard anotó el tercero.
Dani Olmo al rescate
Entonces Tedesco, a los pocos minutos de la reanudación, dio entrada al internacional español Dani Olmo y al goleador portugués Andre Silva. Los cambios produjeron un efecto positivo en Leipzig, que empezó a inquietar el área rival con frecuencia.
Halstenberg acortó diferencias a la salida de un córner, pero la alegría duró poco a los de Red Bull. Gnabry, en un balón suelto en el área, volvió a poner una diferencia de tres goles que parecía insalvable.
El español provocó el penalti del 2-4 y marcó el 3-4
Y ahí, salieron a relucir las estrellas del Lepizig. Olmo provocó un penalti de Pavard, que transformó Nkunku a falta de un cuarto de hora. Y no se quedó ahí el show del español, que puso a su equipo a un tanto de la igualada al borde del tiempo reglamentario.
No llegó el gol de los de Tedesco y sí llegó el definitivo, el de la sentencia, de Leroy Sané. El extremo marcó el 3-5 final que da un título más a un laureado Bayern de Múnich y no despeja las dudas de esta nueva era sin su referente.