PREMIER LEAGUE | ARSENAL 1-1 LIVERPOOL
En la preciosa y cuidada batalla ofensiva cincelada por Arsenal y Liverpool, dos obreros, dos magos sin varita, James Milner y Alexandre Lacazette, dejaron en tablas (1-1) la batalla del Emirates Stadium, escenario de una oda a la intensidad sobre un campo de fútbol.
En la locura de un duelo en el que las idas y venidas poblaban las bandas de ambos campos y en el que a cada cabalgada de Mohamed Salah, dejando loco a Sead Kolasinac, le respondió una pincelada de Özil o un chispazo de Pierre-Emerick Aubameyang, el Liverpool supo ser más pragmático y tirar de un rechace y un disparo incontestable para apagar el ritmo eléctrico de Londres. Alexandre Lacazette, con un ejercicio de inteligencia y viveza, igualó la contienda y dejó en un empate la vibrante escenografía inglesa.
Quizás el duelo mereció un desenlace más rápido para los de Jürgen Klopp, que se encontraron dos veces con el palo en la primera parte, pero a la claridad de las ocasiones 'Red', se contrapuso la pegada indirecta del incesante ánimo del Emirates.
Si el Liverpool puso la clarividencia, el Arsenal respondió con el corazón. La tuvieron los de Unai Emery con un latigazo de Alexandre Lacazette desviado y con un remate de cabeza de Henrikh Mkhitaryan que, tras una desastrosa salida de Alisson, se perdió junto al palo.
La madera local fue el jugador número doce del Arsenal. Primero escupió un globo de Roberto Firmino que flotó sobre la cabeza de Bernd Leno, y más tarde rechazó otra vez a los 'Reds' cuando un remate de cabeza de Virgil van Dijk se chocó llorando con el poste.
Mientras tanto, Leno, claro titular ya por delante de Petr Cech, salvó a los suyos en un mano a mano de Van Dijk inventado por la varita de Salah. Al alemán le aguantó la suerte lo que su defensa tardó en dejar un hueco. Sadio Mané se coló por línea de fondo y golpeó con dureza el balón, esperando que algún alma la empujase a las redes. Leno, atento, la despejó del primer palo, pero Milner, el arma más escondida del Liverpool, llegó desde segunda fila y fusiló. 0-1 y Emery movió ficha.
Quitó a un intrascendente Mkhitaryan y metió a Alex Iwobi, bien recibido por la parroquia. El extremo comenzó a incidir por banda izquierda y de su visión nació el empate. Filtró para Lacazette, el francés se quedó de espaldas y sin ángulo contra Alisson. Caracoleó, creó espacio y con su pierna derecha consiguió la parábola del empate.
El marcador, aún temblando de la emoción de un choque incesante, no se movió más y dejó con ganas de más pelea a dos equipos lanzados y honrando el nombre de ese deporte llamado fútbol, el verdadero ganador en la fría noche del Emirates.