IDA OCTAVOS COPA DEL REY | LEGANÉS 1-0 VILLARREAL
Un tanto de Amrabat en el arranque de la segunda mitad le permitió al Leganés tomar ventaja en su cruce de octavos de final de la Copa del Rey ante un Villarreal al le faltó el acierto. Llegaba el anfitrión preparado para una eliminatoria especial ya que su constante crecimiento en las últimas campañas no se ve reflejado en la Copa, donde, históricamente, no logra pasar de los octavos de final. superar esta ronda supone adentrarse en un territorio desconocido y estimulante, todo un reto para un club que no los rehuye.
Por su parte el Villarreal presentaba incógnitas debido a las numerosas ausencias, entre ellas la de Cedric Bakambu. El delantero, uno de los puntales en ataque durante los últimos cursos, no entró en la convocatoria a la espera de que pueda cerrarse su traspaso al fútbol chino.
Arrancó el choque con el Leganés algo más intenso que su rival, armando los ataques por el costado zurdo. Allí Naranjo, móvil y voluntarioso, se asociaba bien con Raúl García. Sin embargo los blanquiazules no lograban dar lustre a sus acercamientos ante un rival que se fue haciendo con el control del juego a medida que transcurría la tarde.
Contribuyó a ello la aparición en escena de Trigueros. El centrocampista asumió el rol de distribuidor y lo agradeció el visitante, que contaba además con la verticalidad de Samu Castillejo. Pese a ello la oportunidad más destacada en el tramo inicial llevó la firma de Cheryshev, cuyo centro no llegó a rematarlo ningún compañero.
Nadie daría continuidad tampoco a un saque de esquina que acabó despejando la zaga sobre la línea tras envenenarse el esférico en la segunda jugada. Eran los mejores minutos de los castellonenses, a los que siguieron los instantes de mayor dominio local. Raúl García probó suerte con un golpeo que desvió la zaga y Amrabat se quedó a centímetros de controlar un gran pase en profundidad para afrontar el mano a mano.
Sí lo logró en el campo contrario Unal, pero un Siovas providencial al corte evitó que esa acción tuviera consecuencias funestas. Pasaron los jugadores por vestuarios y, nada más volver al verde, se cantó gol del Leganés.
La jugada nació en un balón largo de Bustinza que sorprendió a un desafortunado Pau y llegó a los pies de Amrabat. Enfiló en marroquí la portería y su golpeo se coló con suspense tras tocarla Barbosa. Una bomba de oxígeno para los de Garitano y para el atacante, que atravesaba por una larga sequía anotadora.
La reacción, inmediata. En un arranque de furia el Villarreal dispuso de dos acercamientos muy peligrosos. Primero por medio de Unal, cuyo remate a centro de Cheryshev rozó el palo. Más tarde quien la tuvo fue Raba, pero su tiro lo desbarató con acierto Champagne.
El partido había salido del letargo para entrar en una etapa de frenesí en ambos bandos. Raba lo intentó de nuevo, pero su impacto se fue al lateral de la red. También asomaron lo madrileños a través de disparos lejanos de Gumbau y Naranjo.
No acertó nadie más y el partido acabó perdiéndose entre la desesperación amarilla por buscar el empate y los contraataques del Leganés, prometedores en su génesis pero poco efectivos en la fase decisoria.