CHAMPIONS LEAGUE OCTAVOS FINAL VUELTA | ATLÉTICO 0 - 0 PSV (8-7)
Era una noche de quilates en el Vicente Calderón. Tras el 0-0 de la ida, el Atlético de Madrid estaba obligado a ganar al PSV para pasar a cuartos de final de la Champions League. El Cholo sacó su once de garantías, poblando el centro del campo y con Griezmann y Carrasco como referentes en ataque.
El Calderón hizo un recibimiento de los que ponen la piel de gallina. Un mosaico rodeó toda la grada y presidiéndolo, una pancarta que decía: "Nunca dejes de creer". Los aficionados cantaron el himno 'a capela' y la atmósfera estaba creada.
Saltaron los 22 protagonistas al tapete, todos con cara de tensión, como el Cholo, que estaba saltando antes de que empezase el partido y que cuando pitó el inicio el árbitro siguió haciéndolo como acostumbra.
Carrasco tuvo la primera
Rodó el balón, por delante 90 minutos para decidir quién pasaría a cuartos de final. Atlético de Madrid o PSV, sólo podía quedar uno. Nada más empezar, los rojiblancos tuvieron la iniciativa, teniendo la primera ocasión de peligro del encuentro.
Griezmann filtró un pase medido a Carrasco, pero Zoet se anticipó y atrapó el balón, ganándole por muy poco al delantero. La afición estaba metida en el partido, empujando, siendo el número 12, como cada partido.
Era sólo el principio, pero era toda una declaración de intenciones: el Atleti quería ganar el partido desde el minuto 1. Sin embargo, el PSV no se amedrentaba e intentaba llegar a la portería de Oblak colgando balones muy peligrosos.
Zoet, la bestia negra de Griezmann
La posesión era para los del Cholo, que alternaban internadas por la banda izquierda y por la derecha, por el centro, la movilidad era total y los movimientos defensivos estaban perfectamente sincronizados.
A los 10 minutos, Koke le metió un pase medido a Griezmann que dejó al francés solo contra Zoet. Sin embargo, el francés no fue capaz de definir ante el imbatible portero holandés.
A la salida de un córner, que muchas veces es como un penalti para los rojiblancos, Godín sacó un cabezazo que salió alto y se marchó por poco. Lo rozaba el Atleti, pero no concretaba.
El PSV lo intentaba, el Atleti respondía
Mientras tanto, el PSV seguía colgando balones y, liderados por Willems, mantenían en tensión a un Calderón que, cuanto más apretaban los holandeses, más animaban. Guardado llevaba la manija desde el centro del campo y ponía la pausa que necesitaban los holandeses.
Sin embargo, la iniciativa era del Atlético de Madrid. Los del Cholo apretaban, Juanfran, Gabi y Koke percutían por la banda derecha. Guardado perdió un balón en la banda ante la presión colchonera y el estadio se vino arriba. Los cinco minutos finales de la primera parte iban a ser una caldera.
Pese a las intentonas del Atlético, los primeros 45 minutos acabaron con tablas en el marcador. Seguía el 0-0 en el global, la eliminatoria se iba a la prórroga tras 135 minutos. La imagen del Atleti fue buena, pero les faltaba el gol.
Susto mayúsculo para el Atlético
La segunda parte arrancó sin cambios en los onces y también sin cambios en el guión del partido. El Atlético apretaba y creaba peligro por las bandas. Giménez tuvo en su cabeza el 1-0, pero su cabezazo se escapó por poco.
En el minuto 55, Simeone introdujo su primer cambio: quitó a Augusto para meter a Torres. El Calderón se vino abajo con su ídolo, al que todavía no le habían visto meter un gol con el Atleti en Champions.
A los dos minutos, al Calderón se le paró el corazón. Cinco jugadores del PSV se plantaron en el área de Oblak. Locadia recibió un pase de Guardado, se perfiló para disparar, ejecutó y su tiro lo paró de manera milagrosa Oblak. El rechace del portero llegó a Luuk de Jong, que cabeceó con toda la portería para él.
Eso sí, no contaba con la cabeza de Filipe Luis, que evitó el gol de los holandeses en lo que habría sido un golpe tremendo a la eliminatoria.
La prórroga acechaba
El partido seguía, había que seguir corriendo, había que hacer caso a la pancarta que se mostró al principio del partido, no había que dejar de creer. Los minutos pasaban, el partido se igualaba para desgracia del Cholo, que no sabía dónde meterse.
Cuando quedaban poco más de 20 minutos para el final del partido y el Cholo parecía moverse para la prórroga. Kranevitter entró al campo en lugar de un agotado Carrasco. Pobló el centro del campo ante la ausencia de Augusto, que notaron en exceso los rojiblancos.
El partido se trabó, las ocasiones se pararon en seco. Parecía que ambos daban por bueno el empate y, pese a algún intento desde fuera del área de Torres o Griezmann, a eso estaba abocado el partido.
Sin cambios para la prórroga
El reloj no paraba, llegábamos a los minutos finales con todo en el aire y sin goles en la eliminatoria. El Atlético de Madrid hizo su último asedio en los minutos del añadido, pero de nada sirvió, el partido se iba a la prórroga.
Simeone tuvo que realizar un cambio forzado tras la lesión de Godín. Lucas Hernández entró en su lugar, se quedó sin cambios el Cholo para la prórroga.
Por delante, media hora agónica que decidiría un ganador. La afición sabía de la importancia del partido desde el principio y no dejó de animar para ser el aliento que les faltaba a los jugadores al final del partido.
Saúl, el pulmón de la prórroga
Eran minutos para el corazón más que para las piernas. Saúl tenía ambas de sobra y tiró del equipo en la primera parte del tiempo extra. Suya fue una jugada de fantasía en la banda que acabó en un disparo de Griezmann que atrapó Zoet.
También fue el que sacó un falta muy peligrosa en la frontal del área. Se colocaron Gabi y Griezmann, era una ocasión manifiesta para hacer el ansiado gol. Así lo sentía la afición, que mordía sus bufandas y rezaba a todo lo que se le ocurría para que ese balón acabase dentro.
Sin embargo, el tiro de Gabi acabó en la grada. El capitán se quiso adelantar a todo el mundo y su prisa por tirar a puerta le pasó factura. Con esa ocasión se acabó la primera parte de la prórroga, quedaban 15 minutos y si nadie metía gol llegaban los temidos penaltis.
Y llegó la lotería de los penaltis
Cogieron aire, lo que pudieron, para afrontar lo que podían ser sus últimos minutos en la máxima competición europea. Todo pendía de un hilo, de 15 minutos o de cinco penaltis.
Guardado tuvo la opción de dar el pase al PSV con un disparo desde la frontal del área, pero se marchó por poco sobre la portería de Oblak.
Con poco más, Clattenburg pitó el final de los 120 minutos reglamentarios, se llegaba a la lotería de los penaltis. Cocu se movió antes del final para ellos, quitando a De Jong, que había fallado dos de los últimos tres que había tirado.
La suerte se alió con el Atlético de Madrid
Y llegamos a los penaltis. Primero le tocaba parar a Oblak, delante tenía a Ginkel. Se preparó el jugador del PSV y la pegó a la izquierda del esloveno. A punto estuvo de pararla, pero el gol se coló. Ahora le tocaba a Griezmann, estaba serio, con cara de meterlo. Y así fue, gol del francés y empate. Guardado fue el siguiente, también metió, la tensión era máximo.
Gabi era el siguiente, la pegó a la izquierda de Zoet, que la llegó a tocar, pero que se metió en la portería. Propper también lo metió, Koke cumplió tirando al medio, todo empatado. Bruma hizo el 4-3, le tocaba a Saúl, uno de los protagonistas del partido.
El canterano tuvo suerte, ya que la paró Zoet, pero el balón se le escapó y acabó dentro. 4-4, nadie se salía del guión. Héctor Moreno también cumplió su parte y metió. Le tocaba al 'Niño', si fallaba se iban fuera y el silencio era total. Torres metió el penalti, nadie falló en los primeros 10 lanzamientos.
Juanfran, el héroe
Lestienne metió su penalti, Giménez respondió. Ahora si fallaba alguien y metía el otro, pasaba a cuartos. Arias marcó el séptimo penalti, al igual que Filipe hizo el séptimo del Atlético de Madrid. Y por fin llegó el falló, Narsingh mandó el penalti al larguero, el penalti que permitía pasar a cuartos. Pero tenía que meter gol Juanfran. Y el lateral cumplió con su parte ante el delirio de la grada.
Costó, costó mucho sudor, esfuerzo y suerte, pero el Atlético de Madrid nunca dejó de creer. Nunca deja de creer. Los del Cholo Simeone están en los cuartos de final de la Champions League y un bravo PSV se queda fuera.