Fútbol
"A mi padre el fútbol le salvó la vida". El hijo de Marcial Albiza cuenta cómo fue la vida de película de su padre. Arbiza era un tipo duro. Trabajó en Burdeos en una fábrica de acero, profesión que compaginaba con el fútbol.
La Segunda Guerra Mundial le obliga a emigrar. Arbiza cogió su bicicleta y acabó en Irún. En la localidad fronteriza fue detenido por cuestiones políticas y llevado preso al Batallón de Trabajadores situado en campo de concentración de Miranda de Ebro.
Allí apareció un ojeador del Alavés que le reconoció. Patxi Gamborena gestionó su fichaje por el Deportivo Alavés que buscaba el ascenso a 2ª División. De allí daría el salto al Real Madrid.
El Alavés es por entonces su filial y va por Marcial Arbiza. Que tiene que demostrar, a base de goles, su condición de futbolista. La capacidad goleadora de Arbiza le permitió fichar por el Real Madrid.
A los dos años en el Real Madrid las lesiones acaban con el gran Arbiza. Una historia de portada.