MUNDIAL DE CLUBES | REAL MADRID 4-2 KASHIMA
Quién habría pensado que el Kashima, el primer equipo japonés en llegar a una final del Mundial de Clubes, iba a poner en tantos problemas a todo un Real Madrid. El equipo de Zidane logró, como era previsible, el título en Yokohama pero le costó sudor y ver cómo los nipones les ponían contra las cuerdas en varias fases del partido. Cristiano, con un 'hat-trick', y Benzema, hicieron los tantos del triunfo por 4-2 de los madridistas ante un peleón cuadro oriental.
Parecía que iba a ser tarea sencilla, viendo el nivel del Real Madrid tanto en lo individual como en lo colectivo en los últimos tiempos, y porque el rival, el Kashima, no debía suponer mayor amenaza para el flamante campeón de Europa. Nada más lejos de la realidad, los japoneses fueron un digno competidor y no se dejaron llevar por el resultado, ni cuando estaba a favor ni cuando estaba en contra. Ni tampoco cuando todo parecía perdido en la prórroga.
Y eso que pronto se puso todo de cara para el cuadro de Zidane. Benzema, omnipresente en toda la final al igual que Luka Modric, aprovechó un tiro del croata y un mal rechazo de Sogahata para poner el 1-0 en el luminoso. Bien se pudo venir abajo el equipo nipón, pero no. Sabedores de la opción histórica de levantar un título a nivel internacional, no cambiaron su guión. Sabían qué tenían que hacer, que era ser ellos mismos, y poco a poco fueron nivelando el juego.
Shibasaki remonta el partido
También nivelaron el marcador. El Real Madrid, relajadísimo, dejó crecerse al campeón japonés y no lo desaprovecharon. Shibasaki aprovechó una sucesión de errores con uno flagrante final de Varane para batir a Keylor Navas y establecer la igualada justo antes del descanso. Gol psicológico, y más aún lo fue el que marcó de nuevo el 10 del Kashima nada más salir de vestuarios, aunque a quien le hizo realmente bien fue al equipo madridista.
Porque, por fin, se despertaron. Porque por fin vieron enfrente a un rival ante el que sí había que correr y que moverse. Benzema ya lo sabía, al igual que Lucas Vázquez. Entre ambos fabricaron la jugada que terminó en penalti de Yamamoto. Cristiano, en una de sus mayores especialidades, anotó la pena máxima y puso el 2-2. El Real Madrid ya había activado el 'modo huracán', y Sogahata, arquero del Kashima, se convirtió en el héroe tras dos paradas de mérito a Benzema y a Cristiano que permitió a los nipones llegar vivos a falta de diez minutos.
Incluso tuvieron tres ocasiones clarísimas para marcar el 2-3, con el árbitro perdonando, aun teniéndola en la mano, una evidente segunda amarilla a Ramos que habría supuesto que el Real Madrid se fuera con diez, y con cansancio notable, a la prórroga. Estaban mucho mejor los japoneses, dominando y disfrutando junto a un público, el de Yokohama, que les llevaba en volandas. Treinta minutos más, en los que Cristiano hizo patente la mayor efectividad de cara a gol de los de Zidane marcando el 3-2. Y luego el 4-2 tras un tiro al palo de Suzuki,
Zidane sigue con la buena racha
No sin sufrimiento, y no sin fortuna, el Real Madrid se deshizo de un peleón Kashima que bien pudo haber tenido mejor suerte en la final. El equipo de Zidane sigue sumando partidos sin perder y logra, dos años más tarde, un nuevo Mundial de Clubes.