EUROCOPA GRUPO C | UCRANIA 0-2 IRLANDA DEL NORTE
La selección norirlandesa ha conseguido de la mano su primer gol en una Eurocopa y su primera victoria en la competición tumbando al combinado ucraniano (0-2), que cayó en un entremado defensivo muy trabajado que sacó oro de la cabeza de McAuley y que tuvo su puntilla en las botas de McGinn.
Era un partido vital para los intereses de Ucrania en la Euro y solamente les valía ganar, como comentó su seleccionador, Mykhailo Fomenko, en la previa del choque. No obstante, el deseo amarillo se topó de frente con un muro inexpugnable que acabó desquiciándoles y condenándoles al fondo de la clasificación del Grupo C sin haber estrenado aún su casillero de puntos.
A partir de una defensa muy atrasada, el conjunto británico adquirió seguridad a la par que frenó unas internadas rivales sin peligro aparente. Bajo este guion, Irlanda del Norte cogió confianza y se sumó al ataque, a cuentagotas, pero creando las mejores ocasiones de una primera parte espesa.
Por su parte, los ucranianos se obcecaron en su costado izquierdo, llenando de balones a Konoplyanka y Sevchuk. Sin embargo, éstos no encontraron la posibilidad de combinar y sus adentradas resultaron estériles, cayendo una y otra vez en el entramado defensivo dispuesto por Michael O'Neill.
La escasa fluidez del juego dotó de una relevancia especial al balón parado, donde el extremo sevillista obtuvo los galones a la hora de botarlos. Sin embargo, los norirlandeses enmudecieron al sector exsoviético dando el primer golpe con esa misma moneda.
McAuley, héroe nacional
En un escenario lluvioso impropio de un torneo del mes de junio, McAuley saltó más que nadie para cabecear de primeras una falta lateral hacia la red: potente, cerca de la escuadra, imposible para Pyatov. El tanto, el primero de Irlanda del Norte en un Campeonato de Europa, tambaleó los planes de Fomenko y mermó seriamente su continuidad en el torneo.
Ahogados por la necesidad, los ucranianos tuvieron que enseñar todas sus cartas ofensivas, destapando un correcalles que solamente pudo frenarlo la meteorología. El granizo arreció Lyon con dureza y celeridad, conllevando una suspensión que solamente se prolongó un par de minutos.
McGinn puso la puntilla
La posesión durante la última media hora fue ucraniana, que realizó un monólogo ofensivo falto de chispa. Pese a los múltiples intentos, el equipo ucraniano no fue capaz de desquitarse el cartel de 'decepción' de la Eurocopa de Francia. Pasados de revoluciones, los ucranianos estuvieron cerca de maquillar un mal partido pero ni los zapatazos desde la frontal de Kovalenko ni sumando 20 hombres en el área británica fueron la solución a la falta de gol.
Por si fuera poco, la dejadez defensiva fue aprovechada a la perfección por los verdes, que dieron aún más la campanada con el segundo al borde del pitido final, obra de McGinn, que provocó que los internacionales ucranianos terminaran pidiendo perdón ante su afición.