Fútbol
El brasileño no viajó a Estrasburgo, donde su equipo ganó la Ligue 1, pero sí estuvo en las calles del Principado un día después. L'Équipe asegura que desde el PSG consideran la actitud de Neymar como una "provocación".
El PSG se proclamó campeón de la Ligue 1 en Estrasburgo el pasado sábado, pero el triunfo no ha calmado los ánimos en el club parisino. No se olvida el batacazo ante el Bayern en la Champions y la Liga francesa es poco para el millonario proyecto de Qatar. Las dudas sigue sobrevolando el proyecto del club parisino, diseñado no para ganar en Francia sino en Europa.
Y por si fuera poco, la situación de sus estrellas (Messi, Neymar y Mbappé)dista mucho de ser la mejor. El argentino se da por hecho que no seguirá y pondrá rumbo al fútbol saudí, mientras que parece que Mbappé ha decidido no activar la renovación de su tercer año, por lo que podría salir gratis en junio de 2024.
Pero pintan la situación de Neymar. El brasileño sigue lesionado y ni siquiera se dignó a viajar a Estrastburgo para arropar a sus compañeros en el partido en el que se certificó su undécima Ligue 1, la novena desde el desembarcó de Qatar en París. Lo peor es que un día después se pudo ver al delantero brasileño en las calles de Mónaco, donde acudió para presenciar el GP de Fórmula 1.
Esa imagen no ha sentado nada bien en la directiva del PSG que, según informa L'Équipe, se considera como una "provocación" del brasileño.
Galtier, técnico del PSG, quitó hierro al asunto tras el partido ante el Estrasburgo y recordó que el brasileño no estaba obligado a viajar al estar lesionado. "Tenía problemas para desplazarse" por la lesión de ligamentos que sufrió en el mes de marzo, indicó el entrenador del club parisino.
Lo cierto es que el futuro de Neymar se dibuja complicado. En el PSG dan por cerrada su etapa en el Parque de los Príncipes, pero el delantero brasileño cuenta con contrato hasta 2027 y, si no llega una oferta de su agrado, parece complicado que pueda salir de París. El mayor problema para el club que quiera a Neymar es su astronómica ficha, estimada en 3,6 millones de euros brutos al mes.