UNA HISTORIA CON FINAL TRÁGICO
Pocas veces el 'You'll never walk alone' sonó tan triste. El fútbol alemán despedía al portero de la selección. En su mejor momento profesional, Robert Enke había decidido dejarse atropellar por un tren. Según su biógrafo,todo había empezado siete años atrás, en Barcelona.
Caer en Copa ante un Segunda B le costó críticas públicas, incluso de compañeros. El sensible Robert quedó sentenciado en el Barça. Pasó por Tenerife y Turquía y volvió a Alemania. Todo parecía en orden hasta que una dolencia cardiaca se llevó a su hija de dos años.
La lucha de su mujer
A base de paradas, pareció superarlo. Debut en la Selección y una vida pública aparentemente feliz: Participó en campañas a favor de los animales, adoptó una niña... Sólo su mujer y su diario conocían su tormento.
En noviembre de 2009, con 32 años, Robert Enke dejó de sufrir. Su viuda preside ahora una fundación que lucha para visibilizar la depresión.