Selección española
Adama Traoré es el jugador más extraordinario de la selección. Aún no por sus goles. De momento, por su físico. Pero 'el Hulk de la Roja' era muy distinto hace 7 años en su etapa de juvenil. Está irreconocible, parece otro hombre.
Hay que trabajar mucho para lograr ese cuerpo de velocista más que de futbolista. Ésa es su principal cualidad. Así que le untan de aceite para evitar los agarrones con los que intentan parar a un chico que no se pone límites.
Se trata de una imagen que se repite antes de los partidos en la banda del Molineux Stadium. Adama Traoré es embadurnado en aceite para bebés por uno de los fisios del Wolverhampton. Puede parecer raro, pero esta es una más de las estrategias más importantes del jugador sensación de la selección española.
"La primera vez que le vi hacer eso pensé: 'Madre mía, sí que se quiere a sí mismo'", aseveró su compañero Conor Coady en la radio británica TalkSport, al ser preguntado por la táctica de Adama, pero lo cierto es que todo tiene una sencilla explicación.
Pacto con sus preparadores físicos
Adama habló en su día con los preparadores físicos de los Wolves y les pidió consejos para evitar que su velocidad fuera cortada por los defensores con agarrones y faltas que, en una liga de la dureza de la Premier League, están permitidas y que pueden ocasionarle más lesiones en el hombro.
El acuerdo al que llegó con los fisios del equipo fue que antes de los partidos empaparía sus brazos con aceite para bebés, con lo que sus oponentes tendrían muchos más problemas al agarrarle.
Su estilo rápido y vertiginoso, compatible con el de un Ansu Fati que se coloca en el otro extremo del campo, crean la nueva España. Un forjada en la velocidad, el regate, la explosividad y sí, el aceite para bebés.
España y Portugal empatan sin goles en Lisboa con un buen debut de Adama Traoré.