Sergio Rico
El guardameta explica su proceso de recuperación tras su accidente: "No recuerdo nada hasta que desperté en el hospital".
La vida de Sergio Rico cambió el pasado 28 de mayo cuando el golpe de un caballo le dejó casi un mes en coma inducido. No obstante, el portero del PSG sobrevivió tras 26 días en coma y no tiene secuelas físicas ni psíquicas. Rico explicó en la cadena Cope cómo se encuentra en este momento: "Estoy con ganas de que el médico me dé algo má de libertad porque yo me siento bien". Por ahora no puede practicar deporte al más alto nivel porque tiene limitado el ejercicio hasta las 130 pulsaciones.
"Recuerdo llegar a Málaga, recogerme un amigo con el coche y caminar dirección a Ayamonte... Y no recuerdo nada más hasta después en el hospital"
El día del accidente Rico había terminado un partido del Paris Saint-Germain y cogió un vuelo hacia Málaga, desde donde un amigo le acompañó hasta Ayamonte, en Huelva, para disfrutar de la romería de El Rocío. Allí, un caballó le golpeó en el cuello. ¿Qué imágenes guarda de aquel día? "Recuerdo llegar a Málaga, recogerme un amigo con el coche y caminar dirección a Ayamonte... Y no recuerdo nada más hasta después en el hospital", confiesa.
Cuenta que, durante los 26 días que duró el coma inducido, tenía una sedación muy fuerte: "Era de fentanilo. Incluso en el proceso de que me bajaron la sedación, porque no me lo pueden quitar del tirón, no recuerdo nada de ese proceso. Alba, mi mujer, me cuenta muchas anécdotas que pasamos con las enfermeras y familiares y no me acuerdo de nada".
Rico también ha contado cómo despertó en el hospital: "Tampoco me acuerdo. Cuando desperté, creo que estaban conmigo mi mujer y mi madre". Más tarde le contaron que el médico le preguntó si reconocía a su esposa, Alba Silva: "Dije que era mi mujer". Tras tres meses ingresado, salió del hospital: "Perdí 20 kilos... Pesaba sobre 92 y me quedé en 73. Ahora peso 88 kilos". Por suerte, no tiene ninguna secuela, aunque reconoce que le "costó hablar".
Relata que su familia lo vio todo negro: "Se hace duro y cuesta arriba, mi familia iba a visitarme y no tenían ninguna respuesta, solo veían una persona dormida". Sigue pensando igual tras todo el proceso de recuperación: "Yo sigo siendo el mismo. Al final, fui el que menos he sufrido, no me he dado cuenta de la misa la media. Mi pensamiento no ha cambiado". Ahora, solo quiere volver a la rutina y sentirse de nuevo futbolista.