LA LIGA JORNADA 35 | DEPORTIVO 2-4 BARCELONA
Quién sino Messi iba a ser la estrella que más brillase el día en que el Barcelona iba a ganar su Liga número 25. Quién sino el argentino, que tantas cosas imposibles para el resto de los mortales que no son él ha hecho este curso, iba a ser el que copase las portadas en la nueva conquista liguera culé. El 10 hizo lo que mejor sabe hacer, y llevó al triunfo a los de Valverde en Riazor para que Canaletas viva una noche de júbilo con un nuevo título de los suyos.
Empezó el partido con pasillo del Deportivo al Barça por la Copa, y ahí se acabó la cortesía gallega ante la visita de los culés. Los de Seedorf, que se encontraron con el tempranero gol de Coutinho, salieron con valentía y coraje, agarrados a un casi imposible en su idea de mantenerse en Primera. Minuto tras minuto, los coruñeses sumaban ocasión tras ocasión, incluido un gol bien anulado de Lucas Pérez.
Llegaban, y mucho, al área de Ter Stegen. Y perdonaban, mucho también, ante el guardameta alemán. Tanto fue así que Messi, en una de las dos que tuvo en el primer acto contando un tiro de falta, enchufó el 0-2. Buen remate del argentino ante un mejor pase de Luis Suárez con el exterior de la pierna derecha.
Mucho castigo para el Deportivo, pero Lucas Pérez hizo el 1-2 acto seguido para poner algo más de justicia a las sensaciones que estaban viéndose en el verde de Riazor. Lo estaban haciendo todo bien, salvo el juego en las áreas. Buena asociación, buenas llegadas, y buen juego el que estaban exhibiendo los de Seedorf. Increíble parece que sean un equipo de Segunda a falta de tres jornadas.
Porque en la segunda parte todo lo que se vio en la primera se multiplicó por dos. Con el Barcelona completamente desconectado, en un recordatorio de lo que se vio en Roma, los gallegos fueron muy superiores y, como en la primera, superaron a Ter Stegen. Fue Emre Colak el que anotó el empate y el que hizo más justicia a la realidad del encuentro.
Reaccionó Valverde, ante la pasividad de los suyos y ante la superioridad del Deportivo. Sacó del campo a Dembelé, desaparecido, y a Coutinho, que fue de más a menos, para fortalecer el mediocampo con Denis Suárez y con Paulinho en un 4-4-2 clásico. Iniesta, tocado, no fue de la partida pero sí dispuso de los minutos finales en Riazor.
Quizá por los cambios, o porque el Deportivo estaba con la gasolina más que justa, el Barça se calmó. Y se conectó. Messi y Suárez se encontraron, con una jugada espectacular que terminó con el 10 superando a Rubén y haciendo el tercero. Luego hizo el cuarto, y ya es líder en solitario en su lucha con Salah por la Bota de Oro.
Eso es lo que le queda al Barça por pelear en los cuatro partidos que le restan, pues la Liga ya la tiene en su mano. Veinticinco lleva ya, y sin duda se prevé fiesta en Canaletas tanto hoy como en estos días que siguen. En La Coruña poca broma hay, con el equipo de regreso a Segunda tras cuatro temporadas y recordando los tiempos del SuperDepor como una vieja leyenda.