VUELTA CUARTOS CHAMPIONS LEAGUE | REAL MADRID 3 - 0 WOLFSBURGO (3-2 GLOBAL)

Cristiano Ronaldo lidera la remontada del Real Madrid ante el Wolfsburgo con un hat-trick

Un inconmensurable Cristiano Ronaldo lideró la remontada del Real Madrid contra el Wolfsburgo. Los tres goles del portugués bastaron para que el Real Madrid pasase a semifinales de la Champions League en un partido completo de los blancos. Cristiano marcó dos goles en dos minutos en la primera parte y el Bernabéu fue una olla a presión. El Wolfsburgo no perdió la cara al partido y tuvo sus ocasiones para meter gol, pero Keylor Navas las solventó con seguridad.

Tocaba remontada. Tocaba noche grande en el Santiago Bernabéu. Tocaba hacer honor a la camiseta del Real Madrid y eliminar a un Wolfsburgo que había dejado cariacontecidos a los jugadores del Real Madrid en Alemania.

La misión estaba clara: ganar a los alemanes por tres goles de diferencia. Para ello, Zidane introdujo sólo un cambio en el once inicial con la entrada de Carvajal en lugar del cuestionado Danilo.

El ambiente creado era inmejorable, la afición había recibido al equipo como si de la final de la Champions se tratase. El Santiago Bernabéu rugía en cada momento, se hacía sentir. Los 22 protagonistas se colocaron sobre el césped y el balón echó a rodar.

Ambiente mágico en el Bernabéu

Los primeros minutos fueron intensos por parte del Real Madrid, presionaban desde el primero hasta el último de los jugadores. El Wolfsburgo sacaba el balón como podía, pero acababan cayendo ante la presión de los blancos.

En una recuperación en el centro del campo empezó el camino de la remontada. Dani Carvajal recuperó un balón interceptando un pase del Wolfsburgo y recorrió todo el campo con una galopada tremenda.

Intentó encontrar a Cristiano con un pase, se lo interceptaron, lo volvió a intentar tras recoger el rechace y esta vez sí encontró al portugués. Con toda la portería para él, sólo tenía que empujarla para hacer el 1-0. Era el minuto 15, quedaba un mundo y el primer paso estaba dado.

Cristiano, arrollador

Pero el Madrid no se quedó ahí. Siguió presionando, siguió inistiendo esa presión. La conexión Carvajal-Cristiano seguía dando sus frutos y de las botas del lateral salió el centro que casi supone el segundo gol del Real Madrid.

La defensa del Wolfsburgo despejó a córner y de ahí vino el segundo gol. Kroos colocó el balón, el Bernabéu estaba encendido, no podía animar más. El alemán la puso y encontró a un Cristiano Ronaldo que cabeceó con el alma. Ese cabezazo acabó en la portería de Benaglio.

Dos minutos, dos goles. Eliminatoria nueva. Con este resultado, el partido se iría a la prórroga, el Madrid no se podía conformar, pero sí que lo hicieron con el paso de los minutos.

El Wolfsburgo no se amedrentó

La presión iba a menos, el Wolfsburgo iba controlando el balón más y más, intentaba dormir el partido y lo conseguía. No sólo eso, sino que tenía ocasiones claras de gol.

Luiz Gustavo fue el primero en probar suerte con un tiro lejano que a punto estuvo de colarse en la portería de Keylor Navas. Después Guilavogui intentó otro disparo desde fuera del área. El Madrid zozobraba, perdió el balón y con él, el control del partido.

También hubo un momento de susto cuando Marcelo cayó desplomado en el campo. El brasileño cerró los ojos y los abrió como si estuviese totalmente desubicado, algo que, afortunadamente, se quedó en eso.

Nuevo arreón blanco

Por momentos, parecía que lo que mejor le venía al Madrid era que llegase el descanso. Parecía absolutamente relajado tras los dos goles de Cristiano Ronaldo, como si ya estuviese todo hecho. Faltaba lo más difícil, rematar la faena, meter el tercero. Y no recibir gol, claro.

Arrancó la segunda parte con los mismos protagonistas de la primera. El Madrid tenía que poner más carne en el asador, salir como en el inicio de la primera parte, a buscar el tercer gol desesperadamente.

Y así salió. Adelantando las líneas de presión, dejando a los alemanes sin ideas. Eso fueron los diez primeros minutos, pero el reloj corría y seguía el 2-0, el partido se iba a la prórroga.

Avisaba el Wolfsburgo

Los primeros minutos eran más intensos que concretos. No había una ocasión manifiesta, pero sí la tensión de que en cualquier momento podía llegar el gol.

En el enésimo córner botado por el Madrid, Sergio Ramos cabeceó el balón y el esférico no pasó completamente la línea de gol, aunque en directo hubo muchas dudas sobre la posile legalidad del mismo.

Sin embargo, el Wolfsburgo no se rendía, lo seguía intentando. En un córner, Dante cazó un balón aéreo superando a Sergio Ramos por alto y su disparo lo atajó Keylor Navas con seguridad. Avisaban los alemanes mientras pasaban los minutos.

Cristiano, Cristiano y Cristiano

El Bernabéu lo notaba y animaba a medida que se acercaba el final. El Wolfsburgo agotó dos cambios en los primeros 70 minutos y ambos por obligación. Primero fue Draxler en la primera parte y en la segunda fue Henrique. Kruse y Caligiuri entraron en su lugar. Mientras tanto, Zidane, sin mover el banquillo.

Entonces, el tiempo se detuvo. Cristiano Ronaldo cogió el balón en la frontal del área tras una falta a Luka Modric. El portugués hizo su ritual, miró a la pelota, a la portería y otra vez a la pelota. Cogió carrerilla, golpeó y... remontada consumada.

La celebración fue brutal, del jugador y del estadio. Quedaban 10 minutos y el Madrid estaba en semifinales. Ahora faltaba cerrarlo, aguantar o meter el gol definitivo. El Bernabéu era una fiesta y los jugadores se contagiaron.

A tres partidos de la Undécima

El primer cambio de Zidane llegó tras ese gol, momento en el que introdujo a Jesé Rodríguez en lugar de un fatigado Karim Benzema. El canario estuvo a punto de marcar el cuarto, pero no tuvo suerte ante Benaglio. Los alemanes no perdieron la esperanza, al fin y al cabo un gol suyo mataba la eliminatoria.

Sin embargo, el Madrid cerró el partido y pasó a semifinales de la Champions League. Algo que parecía lejos hace una semana estaba hecho. A los blancos le quedaban tres partidos para lograr la Undécima y tras remontar por primera vez desde 2002.

El Bernabéu vivió una noche mágica gracias a un hombre: Cristiano Ronaldo. El portugués lleva 16 goles en 10 partidos de Champions, registros de otro planeta. La temporada sigue y los de Zidane solventaron una papeleta importante en su casa. Ahora, no pueden fallar en ningún partido más. Tendrán que ir con todo o no les dará para levantar la 'orejona'.

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