EUROPA LEAGUE | CELTA DE VIGO 2 - 2 AJAX
El RC Celta de Vigo empató este jueves ante el Ajax Amsterdam en Balaídos (2-2) en la tercera jornada de la fase de grupos de la Europa League en un duelo en el que fue a remolque y tuvo que igualar el marcador por dos veces para salvar un punto que les permite todavía soñar con ser líderes de grupo, gracias a un gol final de Orellana que puso las tablas pese al mayor dominio de los holandeses.
La salida de Orellana, Wass y Rossi desde el banquillo fue muestra de que el Celta tuvo que recurrir a su artillería pesada, que intentaba descansar, para solventar un partido vistoso en el que el Ajax fue letal, marcando en las pocas ocasiones creadas pese a tener más control y más balón. El Celta, por contra, tiró de coraje para salvar ese punto de oro pues, de haber perdido, el liderato final estaría ya prácticamente inalcanzable.
Lo intentó desde lejos el Celta, con disparos de Pione Sisto, John Guidetti y Josep Señé de cierto peligro, pero no fue capaz de imponer su juego. El rápido extremo danés, con origen en Sudán del Sur, no tuvo esta vez carriles para volar a sus anchas y hacer daño, tampoco el delantero sueco gozó de balones claros donde poder armar su pierna, y es que el Ajax se asentó bien en Balaídos.
El Celta, siempre a remolque
El Ajax llegó a tener el control del partido y tanto Younes como Klaassen impusieron su visión y estilo sobre el de Hernández o Radoja, perdidos. De hecho, una salida a la contra de libro conducida por Dolberg con túnel incluido acabó en gol de Ziyech, que hizo un lío a Radoja antes de batir entre las piernas, de tiro cruzado, a Blanco.
Pese a que el Celta logró empatar siete minutos después y pareció tener el 2-1 en su haber, la historia se repitió y fue el Ajax quien volvió a tomar la iniciativa y el Celta el que, con prisas y corazón, se viera volcado a buscar el empate. Un partido de ida y vuelta, descontrolado y eléctrico, buenos para la afición neutral pero a buen seguro que Berizzo hubiera preferido otro tipo de duelo.
Una falta lejana la remató Andreu Fontàs de espuela tal como venía. Un gol de bella factura que solo él sabrá si fue intencionado o si fue un mal control convertido en gol, pero subió al marcador y significó el empate. Ahí el Celta intentó irse arriba pero no aprovechó el filón del 1-1 y de nuevo el Celta tomó las riendas.
Los muchos cambios en el once inicial, con hombres clave fuera del equipo, propició quizá ese vaivén en el partido y que el Ajax dominara. Se plasmó esa superioridad holandesa en el segundo gol visitante, cuando Younes, que creó de la nada una jugada individual en la que se benefició de la pasividad de la defensa del Celta, adelantó de nuevo a los suyos.
Un punto sufrido
No obstante, esas facilidades no restaron belleza al gol, con escorzo sobre Roncaglia y disparo roscado al palo largo de Blanco, que se estiró sin premio. Se intuía el gol celtiña antes de ese 1-2, como en una jugada de Orellana, recién entrado, cuando empezó a hacer de las suyas. El chileno hizo una doble pared con Pione Sisto pero éste no atinó a rematar, pues el Ajax logró atajar el peligro.
Pero Fabián Orellana, dispuesto a cuajar un gran regreso a Europa tras su período de baja, no dejó de ser una pesadilla para la defensa del Ajax, que estuvo muy errática en las jugadas a balón parado. De hecho, Roncaglia tuvo el empate al entrar sin marca en el área a la salida de un córner, pero picó demasiado el balón y este se fue por encima de la portería defendida por Onana.
En cambio, el chileno no perdonó y firmó el empate con un golazo. Se revolvió, se fue de su marcador y empalmó un zurdazo imparable en busca de la escuadra. Un tanto que puso de nuevo las tablas y evitó que el Ajax saliera de Balaídos con 9 puntos y como líder sólido del grupo. Ahora, los holandeses se quedan con 7 puntos por los 5 del Celta, que todavía tienen en su poder el seguir luchando por el liderato.