Champions League
El Real Madrid volvió a demostrar su especial y única relación con la Champions League y rescató un empate milagroso en Alemania, donde a cuatro minutos del final perdía por dos goles ante el Borussia Mönchengladbach.
La fe de Casemiro contagió al resto de su equipo y el conjunto de Zidane convirtió una situación de total emergencia en una noche que puede servir para reengancharse a su competición fetiche.
Y eso que el equipo blanco sigue lastrado por el mal que le persigue desde hace dos años: la falta de gol. La salida de Cristiano ha dejado al Real Madrid huerfano de cara a puerta y eso es algo que se paga en Europa.
En cambio, el Borussia Mönchengladbach hizo daño en cada una de sus aproximaciones al área de Courtois, que pese a los dos goles de Marcus Thuram volvió a salvar a su equipo de recibir algún gol más.
Zidane, que en el Clásico recuperó parte del crédito perdido, recurrió a Modric y Hazard en la recta final en busca de una remontada que, al final, lideró un Casemiro inmenso. Al Real Madrid le queda mucho por mejorar, pero el empate logrado en Alemania le deja vivo en la Champions.