Barcelona
Los aficionados azulgranas que se acercaron hasta la fuente pidieron la vuelta de Leo Messi. Araujo gritó el nombre del argentino en plena celebración del título dentro del vestuario.
Unos 2.000 hinchas del Barcelona se acercaron a la Fuente de Canaletas, tradicional punto de encuentro de las victorias culés, para festejar el título de Liga que ha conquistado el conjunto azulgrana con su triunfo (2-4) en el derbi contra el Espanyol.
Cuatro años después de la última Liga, los culés regresaban en masa a las Ramblas ataviados con camisetas, bufandas y banderas azulgranas y con 'senyeras' al cántico unánime de "¡campeones, campeones!".
No han faltado los clásicos cánticos de animación de la afición barcelonista, entre el humo de bengalas. Canaletas también dictó sentencia en cuanto a Leo Messi, cuyo nombre volvió a resonar: la afición pidió su vuelta tras la primera Liga conquistada sin el astro argentino en la plantilla. Ronald Araujo, durante la fiesta en el vestuario, también gritó "¡Messi, carajo!" en plena celebración.
Mientras Canaletas era una fiesta, los futbolistas festejaban el título en la Ciudad Deportiva Joan Gamper con otro grupo de aficionados culés que esperaban el autobús que transportaba a plantilla y cuerpo técnico de vuelta del RCDE Stadium.
Los futbolistas azulgranas ya vestían una camiseta especial para la ocasión, con el lema 'La Lliga es nostra, el futur també' (La Liga es nuestra, el futuro también) en el frontal y la palabra 'Campions' (Campeones) en el dorso. Y desataban su euforia compartiendo rituales en los festejos y cánticos con la afición.
Invasión de campo
Previamente, sobre el césped de Cornellá la celebración por el título de Liga vivió un lamentable capítulo cuando varios ultras del conjunto perico irrumpieron a la carrera en el terreno de juego del RCDE Stadium de Cornellá y obligaron a los futbolistas azulgranas a huir hacia el túnel de vestuarios.
Al término del partido, la plantilla azulgrana se puso a festejar el título de Liga sobre el césped y al grito de "¡campeones, campeones!" formó un corro en el centro del campo, donde se les unió el equipo técnico.
Todo transcurría con aparente normalidad hasta que un grupo de radicales del Espanyol saltó al césped y empezó a perseguir a jugadores y cuerpo técnico del Barça. A la carrera, tanto los jugadores como el cuerpo técnico se retiraron hacia vestuarios.