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El Real Madrid salva 3 puntos de un partido que se le pudo ir de las manos. Benzema apareció cuando más le necesitaba el equipo.
El Real Madrid ha sumado una sufrida victoria y se ha llevado 3 puntos que permiten a los blancos mantenerse en lo más alto de la clasificación. El equipo de Ancelotti comenzó a sufrir cuando parecía que tenía controlado el partido ante un Espanyol que fue de menos a más.
El encuentro comenzó con un vendaval blanco de verticalidad, potencia y recuperaciones. Ancelotti apostó por un centro del campo con la experiencia de Modric y Kroos y con el empuje de Tchouameni y Valverde. Parecía que le funcionaba el plan a un Real Madrid que acorralaba al Espanyol y que no sufría nada en su portería.
Para frenar las acometidas blancas, los pericos llegaron a plantar una línea de 5 jugadores en el centro del campo. Vinicius abrió el marcador para los blancos. Tchouameni vio el gran desmarque del brasileño y ambos se entendieron a la perfección. Vinicius golpeó con clase un balón cruzado que acabó dentro de la portería.
Alaba sorprendió entrando por dentro y los jugadores blanquiazules achicaban balones del área. El partido fue así hasta que Joselu cambió el guion al filo del descanso gracias a una jugada que comenzó con un pase al espacio de Rubén Sánchez, la gran revelación de los pericos. La sacó Courtois, pero el delantero españolista estuvo rápido y atento para cazar la segunda ocasión y poner las tablas en el luminoso.
Segunda parte de ida y vuelta
La segunda parte fue un partido de partidos. Ida y vuelta, ocasiones para los dos. Ninguno de los dos equipos quería ceder y el primer aviso lo dio el Espanyol que llegó a domar a un Madrid que tuvo que remangarse. Con esta situación, Ancelotti sacó toda la garra. Metió a Camavinga y Ceballos y sacó a Kroos y Modric.
El encuentro continuaba revolucionado cuando el Madrid, Benzema mediante, dio un golpe de efecto. El francés había jugado durante todo el partido para el equipo creando espacios y cediendo el protagonismo. Ya le habían anulado un gol por fuera de juego, pero en el 83 cazó un gran pase de Rodrygo para entrar al espacio y devolver la ventaja para los blancos.
El partido lo sentenció Benzema en un disparo de falta. Estaba Cabrera bajo palos tras la expulsión de Lecomte por una patada a Ceballos en un desentendimiento con su defensa al intentar despejar. Benzema la ajustó y selló un partido que se alargó hasta el minuto 100.
Finalmente 1-3, resultado que no refleja el sufrimiento del Real Madrid. Los blancos afrontan ahora un comprimido calendario y respiran una jornada más. Mientras, el Espanyol lucha, juega, pero no acaba de despegar en La Liga.