Balón de Oro
Recibe el premio tras liderar al Madrid para ganar la Liga y la Champions de las remontadas. Pero el camino de Bron al teatro Châtelet ha sido sinuoso para un artista que supo reinventarse.
Nunca preguntes a un madridista qué opinaba de Benzema hace una década. Es solo un chascarrillo que circula por las redes sociales y que, como todo buen chiste, esconde algo de verdad: Karim ha necesitado tiempo, al igual que un buen vino, para madurarse a sí mismo. El francés es lo que en Argentina llaman un nueve y medio: mejor futbolista que delantero centro.
Llegó de rebote a Madrid en 2009 porque Villa acabó en el Barcelona. Ni corto ni perezoso, Florentino Pérez se personó en Bron, su barrio de Lyon, y se sentó en su casa a aguardarle. Hace 13 años del inicio de aquella "historia de amor", como en alguna ocasión la ha llamado el mandatario merengue. Ahora, a sus 34 años, el Balón de Oro le corona como el mejor futbolista del mundo.
Como el perro y el gato
Cuando llegó a la capital de España peleó por un puesto con Higuaín, un delantero de la vieja escuela con más gol y menos clase. Mourinho confundió a Benzema con un gato, pero el tiempo ha dictado sentencia: nacidos con apenas 9 días de diferencia, este lunes el perro 'Pipita' jugó en la MLS el último partido de su carrera profesional mientras Benzema cazaba en la alfombra roja del teatro Châtelet.
De no ser por Cristiano Ronaldo, este reconocimiento le habría llegado antes. Generoso hasta el hartazgo de su afición durante la era dorada del luso, Karim dio un paso al frente cuando este se marchó para asumir el mando de un Real Madrid de entreguerras. Su transmutación terminó por convertir al benzemismo a un Bernabéu acostumbrado a martillos pilones como Hugo Sánchez o Van Nistelrooy.
Houdini en el Calderón
Porque Benzema era, y sigue siendo, mucho más que goles: una forma de entender el juego. "Para mí un delantero moderno no es solo gol, hay que participar en el juego, abrir espacios para otros y dar asistencias", sentenció tras su renovación en 2017. Meses antes había dejado en el Vicente Calderón la jugada de su vida: con una maniobra digna de Houdini, Benzema se zafó de Giménez, Godín y Savic (como fugarse de Alcatraz, vaya) en la línea de cal para dar un pase de atrás que, finalmente, acabó en gol de Isco.
A la postre, con tesón y trabajo el galo ha conquistado el galardón más codiciado tras una temporada en la que lideró al Real Madrid para ganar la Liga, la Supercopa de Europa y la Champions League de las remontadas imposibles. En la 2020-21 ya rindió a un nivel estratosférico, pero quizá faltó la guinda de la Copa de Europa tras caer en 'semis' ante el Chelsea; acabó cuarto tras Messi, Lewandowski y Jorginho.
Sin embargo, esta temporada no había dudas: Pichichi en Liga, llevó en volandas al Madrid de los milagros con un triplete al PSG en octavos, cuatro tantos al Chelsea en cuartos y otros tres al City en semifinales de Champions, penalti a lo Panenka incluido. Su confianza y liderazgo quedaron patentes tras caer 4-3 en la ida del Etihad, cuando avisó a los de Guardiola: "En el Bernabéu vamos a hacer una cosa mágica, que es ganar". Y lo hicieron.
Zidane y Ronaldo
En París subió al escenario ataviado como el rapero Tupac en la gala de los American Music Awards de 1996, poco antes de morir tiroteado. Allí estaba, arropado por sus "dos ídolos" Zidane y Ronaldo 'El Fenómeno'; los sueños, a veces, se cumplen con creces. Con el orbe dorado entre manos, se acordó de Pérez, quien siempre confió en él y le defendió en sus peores momentos: "Es como de mi familia, vino a mi casa a ficharme y mostró el tipo de persona que es". A Florentino nunca se le pasó por la cabeza reemplazarle.
Karim también quiso rememorar el camino, siempre sinuoso, hacia el éxito: "He pasado momentos muy duros, como cuando no estuve en la selección francesa". Sin embargo, nunca bajó los brazos. Lejos quedaron el 'caso Valbuena' y los coches de gama alta destrozados.
Al final, el planeta fútbol ha reconocido su talento con el autoproclamado "Balón de Oro del pueblo"; un premio individual que él mismo considera colectivo. También el premio para la gente que, como Benzema reivindicó en su día, "sabe mucho de fútbol".