Copa del Rey
Un gol en propia meta de Militao da ventaja a los culés en El Clásico copero. El Madrid exhibe dominio sin ocasiones ante un Barça que supo defenderse en bloque bajo.
El Barcelona se ha impuesto al Real Madrid (0-1) en el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey gracias a un gol en propia puerta del brasileño Éder Militao en el minuto 27. El tanto fue anulado en primera instancia por fuera de juego, pero desde el VAR corrigieron la decisión de Munuera Montero.
Fue un partido en el que Madrid y Barça se intercambiaron los papeles habituales. Todo un ejercicio de supervivencia culé ante un equipo blanco previsible que no supo sacar partido a una noche en la que parecía tener todo a favor.
Después de la eliminación de Europa League, de caer en Almería y con las sensibles bajas de Lewandowski, Pedri y Dembélé, el equipo de Xavi supo sufrir de nuevo para tomar ventaja de cara a la vuelta dentro de un mes en el Camp Nou.
Bloque bajísimo de Xavi
El Barça planteó un partido en bloque bajísimo desde el inicio y el Madrid tuvo la posesión y la intención ofensiva, pero el cuadro azulgrana se fue al descanso por delante con un gol de Militao en propia en el minuto 27.
Xavi recurrió, a pesar de las bajas, a su ya habitual esquema de cuatro centrocampistas, aunque siempre dejando la iniciativa a los locales. Al Madrid le faltó algo de mordiente para aprovechar la situación y no generó excesivo peligro pese a mandar.
Modric percutió entre líneas y Vinícius tuvo su pique con Araujo pero sin sacar nada de provecho. Benzema llegó a ver puerta pero en fuera de juego y el Barça tardó 20 minutos en tener una jugada de posesión en campo rival.
Los culés, sin Pedri rompiendo líneas y sin la pegada de Lewandowski o la profundidad de Dembélé, se vieron embotellados.
Entonces, un forcejeo entre De Jong y Vinicius se saldó con amarilla al brasileño, con el enfado correspondiente de toda la parroquia blanca. Llegaron entonces los cánticos desde la grada recordando el escándalo arbitral por el 'caso Negreira'.
Error de Camavinga en la salida
En ese momento, el Barça encontró el regalo de Camavinga. Un pase a Ferran Torres, prolongación a Kessie, parada de Courtois y rebote en Militao. El VAR revisó la bandera levantada del asistente por fuera de juego y dio validez al tanto.
Los azulgranas estaban sacando oro y fueron ganando tanto en confianza que incluso parecieron mejorar en su juego, más preciso, con una contra que desaprovechó Gavi para el segundo tanto en el minuto 38.
El Madrid reaccionó como pudo, con una ocasión de Carvajal que mandó a las nubes, pero volvió de nuevo mejor de los vestuarios.
En la segunda parte, el combinado blaugrana no solo se replegó, sino que resignó a correr detrás del balón a la espera de montar la contra con un Raphinha que hacía la guerra por su cuenta.
Vinicius la tuvo pero Araujo se fue al suelo providencial y el conjunto blanco encerró en 20 metros a su rival. El Barça aceptó su papel, jugó con fuego... pero no se quemó. Y es que el Madrid fue muy predecible y no tuvo lucidez para generar peligro real.
Ancelotti metió a Rodrygo, su revulsivo preferido y quien probó suerte al final con un tiro desde lejos que lamió el palo. Xavi, por su parte, alineó a Ansu Fati, pero el internacional español volvió a pasar desapercibido; es más, el '10' azulgrana le sacó el 0-2 a Kessie.
36% de posesión azulgrana
Fue quizá el Barça menos Barça que se vio en el Bernabéu; el equipo azulgrana tuvo un 36% de posesión, algo inaudito, pero exhibió efectividad y supo aprovechar un regalo merengue. En cuanto al Real Madrid, ni siquiera chutó a portería a pesar de tener el dominio durante todo el partido en su estadio.
La vuelta se jugará en el Camp Nou el próximo 5 de abril. Y ahí sí que estarán Pedri, Lewandowski y Dembélé.