Fútbol femenino
La colegiada de Primera División femenina también es sargento del Ejército del Aire y compone sus propias canciones al son de su piano.
La colegiada Andrea Fírvida Fernández cumple este año su segunda temporada como árbitra de Primera División Femenina. Pero no destaca solamente por su figura como colegiada en la máxima categoría o por tocar el piano, la gallega también es Sargento del Ejército del Aire en excedencia, fundó un grupo de rock y cuenta con campeonatos nacionales militares de 1.500 metros y de pentatlón.
El gusto por la música le viene desde pequeña. "Grababa casetes a los cuatro años y a los nueve años mis padres me regalaron un piano y empecé a tocarlo", explica Andrea. Además, compone sus propias canciones que luego acompaña con el instrumento.
Jugó al fútbol hasta los 17 años, cuando tuvo que dejarlo: "A los diecisiete, me di cuenta de que tenía que dejar algo y opté por dejar el fútbol. Pero el año siguiente volví porque lo echaba de menos. Me llamaba mucho la atención volver como entrenadora o árbitra, pero me llamaba encarecidamente más la atención el arbitraje".
En 2013 empezó arbitrando en fútbol base y ahora, a sus 31 años, arbitra por segunda temporada consecutiva en Primera División femenina, inspirándose en las más veteranas: "Quiero ser como ellas", añade la colegiada.
A los 23 años, decidió opositar a la escala de tropa del Ejército del Aire, al año siguiente opositó a la escala de suboficiales. Estuvo tres años en la academia de suboficiales de León para salir de sargento y le destinaron al Ala 31 de Zaragoza, donde trabajaba con aviones de transporte como mecánica de vuelo, donde estuvo dos años destinada hasta que tuvo que dejarlo de lado. "Tuve que pedir una excedencia para poder dedicarme exclusivamente al arbitraje porque ambos trabajos son muy incompatibles", declaraba.
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